2/8/25

DOMINGO 03-08-1015 DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En la sociedad de consumo en la que a menudo nos vemos envueltos es saludable preguntarnos por nuestra actitud ante los bienes materiales. Se nos invita a relativizarlos y a anteponer a Dios y las personas, especialmente las desfavorecidas.

El Evangelio de este domingo nos presenta la actitud que un cristiano debe tener ante los bienes materiales. Jesús, a partir de una controversia por una herencia y a propósito de una parábola que propone, rechaza tanto la avaricia (el afán de poseer), como la codicia (poner los bienes materiales por encima de las personas, incluso por encima de lazos familiares), como la idolatría (ponerlos por encima de Dios).

Los bienes materiales son efímeros e inconsistentes, para la vida, y especialmente para la vida eterna. En su lugar nos propone trabajar por ser rico ante Dios. Se rico ante Dios, conlleva poner a Dios por encima de cualquier tipo de bien y utilizar el dinero en favor de nuestros hermanos, especialmente, los más desfavorecidos.

En la época en que vivimos, en la sociedad llamada del bienestar, que, a menudo promueve el consumismo, es saludable que nos preguntemos por nuestra actitud ante los bienes materiales y si somos capaces de anteponer y promover los valores eternos.

Fr. Antonio Gómez Gamero O.P.

Fr. Antonio Gómez Gamero O.P.
Convento de San Vicente Ferrer (Valencia)

LECTURAS DEL DOMINGO 03-08-2025 DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORNARIO

 

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador,
vaciedad sin sentido; todo es vaciedad.

Hay quien trabaja con destreza,
con habilidad y acierto,
y tiene que legarle su porción
al que no la ha trabajado.
También esto es vaciedad y gran desgracia.

¿Qué saca el hombre de todo su trabajo
y de los afanes con que trabaja bajo el sol?

De día dolores, penas y fatigas;
de noche no descansa el corazón.
También esto es vaciedad.

                        Es palabra del Señor

Salmo

Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.

Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11

Hermanos:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.

¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.

                Es palabra del Señor

REFLEXION

Iª Lecturas: Eclesiastés (1,1.2.23): La sabiduría de la vida

 ¿Quién no conoce la célebre reflexión del libro del Eclesiastés, el sabio llamado Qohélet, de ese superlativo expresado en “vanidad de vanidades”? Esa es la primera lectura de hoy. Es toda una filosofía la que está a la base de este juicio; un escepticismo ante tantos afanes y tantas angustias. ¿Qué actitud tomar? ¿Pasar de todo? Posturas como las de Qohélet las ha habido siempre y no son negativas radicalmente, sino que expresan, a veces, una actitud “sabia” en la que se intuye que debemos tomarnos la vida de otra manera: sin envidias, afanes, comparaciones con las riquezas de los otros.

 Pero eso parece una actitud burguesa del que nada le falta. La de aquellos que no tienen para comer ni vestir no sería exactamente así. Hay una razón más profunda por la que debemos no afanarnos por tantas cosas, una razón más radical y humana. No se trata simplemente de llevar una vida más cómoda y menos tensa. Por eso al juicio de Qohélet le falta una dimensión, la que Jesús nos ofrece en la parábola evangélica.

 

IIª Lectura: Colosenses (3,1-11): Personas nuevas por el bautismo

La segunda lectura apunta de nuevo a las claves bautismales de la vida cristiana, a lo que significa haber resucitado con Cristo por el bautismo, y a lo que nos obliga vivir en cristiano. El bautismo es un compromiso de vida o muerte. ¿Qué significa que nuestra vida está escondida en Cristo? Pues que es El quien nos inspira, quien nos va liberando de todo aquello que en la tierra nos enfrenta los unos a los otros. El bautismo nos hace personas nuevas, porque nos situamos ante los horizontes de lo que Jesús vivió.


Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

EVANGELIO DOMINGO 03-08-2025 SAN LUCAS 12, 13-21 XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».

                         Es palabra del Señor

REFLEXION

 El relato del evangelio de Lucas es como la respuesta a los planteamientos de Qohélet. Efectivamente, Lucas es un evangelista que ha marcado la diferencia en el Nuevo Testamento como juicio de la riqueza y sus peligros para la verdadera vida cristiana. Lucas es defensor de los pobres, aunque no de la pobreza. Jesús, el profeta, no ha venido para ser juez de causas familiares, o empresariales, o sociales, ya que esas leyes de herencia, de impuestos, de salarios justos, se establecen a niveles distintos. Y no quiere ello decir que en las exigencias del Reino de Dios se excluya la justicia, especialmente para los pobres y oprimidos.

 La parábola del rico que acumula la gran cosecha y engrandece sus graneros, en vez de distribuirlo entre los que no tienen para comer, es toda una lección de cómo Jesús ve las cosas de esta vida, aunque él persiga objetivos más grandes. El que acumula riquezas, pues, no entiende nada de lo que Jesús propone al mundo. Los que siguen a Jesús, pues, tienen que sacar, según Lucas, las conclusiones de este seguimiento. Si no se desprenden de las riquezas, si se preocupan de amasarlas constantemente, además de cometer injusticia con los que no tienen, se encontrarán, al final, con las manos vacías ante Dios, porque todo su corazón estará puesto en tener un tesoro en la tierra. No tendrán tiempo para vivir, para ser sabios… para entregarse a los demás como se entregan a las producción de riquezas. Este criterio de sabiduría va más allá de lo que propone el mismo Qohélet.

 Con referencia a la actitud de Qohélet, Jesús nos dice que quien se afana por las cosas de este mundo y no por lo que Dios quiere, al final, ¿cómo podrá llenar su vida? ¿cómo se presentará ante Dios? La acumulación de riquezas, pues, es una injusticia y la injusticia es contraria al Reino de Dios. Por lo tanto, este evangelio es una llamada clara a la solidaridad con los pobres y despreciados del mundo; una llamada a compartir con los que no tienen.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

EVANGELIO SABADO 02-08-2025 SAN MATEO 14, 1-12 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

                    Es palabra del Señor

REFLEXION

La escueta pero aguda narración de Mateo en el evangelio de hoy nos abre una ventana al corazón humano y sus pasiones. La víctima es el Bautista, apasionado de la Verdad y sacrificado por ella. El verdugo es un mandado sin voz ni voto. La instigadora solo pretende salvar su posición y no tiene escrúpulo en utilizar a su propia hija. La joven bailarina está demasiado entusiasmada consigo misma y, por último, Herodes es un gobernante gobernado por su propio temor.

Cada uno de ellos representa una pasión y cada uno de sus miedos convive en nuestro interior. Junto a la pasión por la Verdad que, en algunos momentos nos ha llevado a asegurar que, si fuera preciso, moriríamos por ella, es posible que habite el miedo a perder la posición alcanzada. Junto al sentido de justicia, no sería raro que encontráramos el temor al qué dirán. Y nuestro legítimo deseo de brillar, puede ser utilizado para la venganza por miedo a aquel a quien consideramos nuestro rival. En el último versículo aparece Jesús, que recibe la noticia de boca de los discípulos de Juan. Al dolor de la pérdida del Bautista se suma la inquietud por la advertencia que aquello hacía suponer.

El problema no es tener miedo, sino hacerse esclavo del mismo hasta sacrificar la Verdad o la misión. Aunque nos sintamos algo más seguros cuando hemos acabado con la amenaza, algo dentro de nosotros nos incomoda. Como Herodes, al que su propia conciencia no deja tranquilo, la culpa se convierte en el filtro con el que reinterpreta todo: «Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos». Porque la vida del cristiano es mucho más que asegurarse un puesto o defender una posición y por eso Juan prefiere perderla, que sacrificar la Verdad.

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.
Monasterio Santo Domingo (Caleruega)

Soy misionera por naturaleza y contemplativa por vocación. Nací en Lima (Perú) ya que mis padres y hermanos habían sido enviados como familia en misión, y crecí en Madrid, donde dejé los estudios de Matemáticas para seguir mi llamada a la vida monástica. Conjugo contemplación y predicación a través de la escritura, con libros como Domingo de Guzmán. Entre el silencio y la Palabra (2021) y ¡Yo quiero! Pasión de Catalina de Siena (2025). Desde el silencio y el ritmo del monasterio intento traducir al lenguaje y circunstancias de nuestro mundo actual la riqueza de la espiritualidad cristiana y dominicana que me rodea.