Llevo muchos años misionando y pensé que mi congregación ya no me consideraría para salir nuevamente, pero aquí estoy, feliz, ya que el Señor se sirve de mí para llevar su palabra por todas partes y eso me hace muy feliz. Me ha llamado mucho la atención que aquí en Los Lagos la gente es muy acogedora y por sobre todo el gran respeto que tienen por las religiosas por eso digo bendito sea Dios y bendita sea nuestra madre Santísima de la Merced porque ella nos ha dado este hábito y yo digo claro ven el hábito blanco y respetan. En esta Misión yo he visto la mano de Dios y también por supuesto la mano de nuestra Santísima Madre, el Señor se vale de todos estos instrumentos que a los ojos del mundo a lo mejor no son nada, pero en la manos de Dios el hace su trabajo, hace el trabajo que tiene que hacer. Le pediría a la comunidad que continúen adelante, que no se desanimen, que se acerquen mucho mas a Dios y que todas esas personas que han misionado con nosotras que no pierdan ese lindo espíritu que tienen, que es muy apegado a la religiosidad y que lo conserven, también le pediría que aprovechen al máximo a los sacerdotes que tienen, especialmente al padre Misael ya que es muy carismático, entonces mucho ánimo y yo me voy muy feliz de haber estado en esta comunidad parroquial,