Ya nos encontramos en la antesala mas próxima del Misterio de la Encarnación (Natividad del Señor), pues el IV Domingo de Adviento nos coloca en el umbral de la fiesta de Navidad; frente al pesebre de Belén nuestro corazón se llenará nuevamente de alegría para hacer memoria a ese acontecimiento que renovó la historia humana y que nuevamente se hace regalo a cada uno de nosotros. ¡Dios viene a nuestro encuentro,El que hace nueva todas las cosas!
Nuestro principal templo no está ajeno a este magno acontecimiento y comienza a se engalanado y preparado para recibir a Nuestro Salvador...
