Hoy celebra la Iglesia el Inmaculado Corazón de la Virgen María, es por ello que el evangelio que se proclama sea el propio de esta conmemoración y no el correspondiente al sábado de la duodécima semana, y, sin embargo, a pesar de ello encontramos un cierto paralelismo en las lecturas: La acogida, la hospitalidad.
Abraham dio acogida a esos misteriosos personajes, hospedó-acogió a “ángeles del Señor”, que le darían la Buena Nueva de un hijo: Isaac; y que le harían consciente de la misericordia del Señor, como se nos dice hoy en el salmo que es el canto del Magníficat que la Virgen María proclamó.
¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!