Como lavatorio de pies del Jueves Santo se
denomina el evento en el cual Jesús, como un acto de humildad, lava los
pies a sus discípulos, con la finalidad de dar un ejemplo de amor y servicio a
los semejantes. De allí se desprende el mandamiento que
Jesús hizo a sus discípulos: que debían amarse y servirse unos a otros.