¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la “gehenna” el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga”! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?
O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga” ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de dios y también por el que está sentado en él».
Es palabra del Señor
REFLEXION
En el evangelio Jesús sigue con la instrucción de los discípulos y de la gente que se acercaba a escucharle. En este quinto discurso del evangelio de Mateo, arremete Jesús con los que hacen unas prácticas nada acordes con el sentir de la ley, porque están provocando el abrir las puertas del cielo a muchas personas.
Jesús es muy claro y conciso con todos los ejemplos que pone. Se entiende a la perfección, hasta un niño de 3 años. Cierto que las dirige a los escribas y fariseos y como seguro que nadie nos identificamos con esos personajes, pensemos que las está dirigiendo a todos los que formamos la Iglesia, es decir sus seguidores. ¿te consideras seguidor de Jesús en esta Iglesia?, haz una lectura reposada y tranquila para descubrir cómo es tu comportamiento y el de la comunidad eclesial.
El tono empleado por Jesús es impactante y negativo. Quiere provocar reflexión y respuesta. Ay de nosotros cuando presumimos de ser seguidores de Jesús y después olvidamos lo fundamental. Decimos, enseñamos valores evangélicos y después no cumplimos. Por eso Jesús añade con mucha firmeza no olvidar lo fundamental. Lo que él dijo y sobre todo practicó: la justicia, la misericordia la compasión.
Pidamos, al Señor, que lo podamos hacer realidad, pero para ello que envíe su Espíritu, pues no podemos solos.



