22/8/25

EVANGELIO SABADO 23-08-2025 SAN MATEO 23, 1-12 XX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbi”.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbi”, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.

El primero entre vosotros será vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

                    Es palabra del Señor

REFLEXION

Cuando leemos o escuchamos este Evangelio, en seguida pensamos en los sacerdotes, obispos, políticos, todos los que ejercen autoridad en la vida, y está bien que pensemos en ellos para que, como dice Jesús, hacer lo que ellos dicen aunque ellos no lo hagan… Pero la verdad es que todos caemos en lo mismo: sabemos lo que hay que hacer y lo que se debe hacer y no lo hacemos o hacemos lo contrario, pero eso sí, se lo exigimos a los demás. También Jesús nos advierte de hacer el bien o cumplir la ley para ser vistos por los demás. Cuando hagas el bien, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha (Mt 6,3).

Uno solo es nuestro Maestro: JESÚS, que es capaz de enseñarnos con el ejemplo, con la propia vida. Él no solo cumplió la ley sino que vino a darle plenitud. Él vino a servir y no a ser servido. Él, que siendo Dios, nunca estuvo por encima de nadie, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se sometió incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el nombre sobre todo nombre (Fl 2, 6-11).

Oración

Señor Dios mío, mi único Padre y Maestro. Hazme humilde sin ficción, que sea sincera sin hipocresía que haga el bien sin ser presuntuosa, que corrija sin arrogancia, y así edifique con la palabra y el ejemplo. Concédeme un profundo conocimiento de ti mismo para que tenga tus mismos sentimientos, tú mismo modo de pensar y actuar y así sea un fiel reflejo de ti en medio de mis hermanos. 
Amén

Sor Mª Montserrat Román Sánchez, OP

Sor Mª Montserrat Román Sánchez, OP
Monasterio Santa María la Real, Bormujos, Sevilla