29/8/25

EVANGELIO SABADO 30-08-2025 SAN MATEO 25, 14-30 XXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.

Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.

Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó el que había recibido un talento y dijo:
“Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió:
“Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes”».

                     Es palabra del Señor

REFLEXION

El Evangelio de los talentos es tan conocido y tantas veces comentado que poco nuevo se puede decir. Me gustaría, no obstante, resaltar dos aspectos que nos puedan ayudar a vivir mejor nuestra vida cristiana.

En primer lugar, caer en la cuenta que Dios a todos nos ha dado talentos, pero a cada uno según nuestra capacidad. Porque Dios no quiere frustrarnos, no nos pide imposibles, sino que nos quiere felices y nos invita continuamente a vivir en la plenitud de su amor: entra en el gozo de tu Señor, le dirá a los que han hecho fructificar los talentos. Dios no mira si son más o menos, a los dos los recompensa por igual: te daré un cargo importante, porque El premia la fidelidad. Cuando nos reservamos los talentos que Dios nos da y no los ponemos al servicio de los demás, no estamos siendo fieles. Cuando pensamos que los talentos de los otros son mejores y tramos de imitarlos, no somos ni fieles ni felices. En nuestras manos está el vivir de un modo u otro.

En segundo lugar, caer en la cuenta en la actitud del que escondió el talento, ¿no estaría disfrazando su pereza debajo de un discurso más o menos racional? La pereza no es un simple no hacer nada, es no hacer lo que hay que hacer. La persona que no vence su pereza, es como dice el Evangelio un siervo negligente y holgazán, incapaz de perseverar.

Pidamos al Señor nos dé fuerza para vencer los obstáculos que la pereza nos hace nos agranda, y hagamos fructificar lo dones que Dios nos ha dado.

 MM. Dominicas

MM. Dominicas
Monasterio de Santa Ana (Murcia)