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EVANGELIO MARTES 07-10-2025 SAN LUCAS 1, 26-38 XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible"».

María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

                          Es palabra del Señor

REFLEXION

El relato de la Anunciación nos acompaña frecuentemente en las fiestas de la Virgen. Es un texto admirable donde queda patente la valentía, la sensibilidad y la fe de María. El saludo del ángel la desconcierta y provoca en ella una serie de preguntas, propias de una situación inesperada. No rechaza la razón y, tras la turbación inicial y la explicación del ángel, con naturalidad pregunta: “¿Cómo será eso pues no conozco varón?”. La pregunta de María es lógica y la respuesta del ángel completa el diálogo de forma sencilla.

María asume el mensaje y acepta la propuesta de Dios y pronunciará esa frase definidora de su fe: “Aquí está la esclava del Señor, que me suceda según dices”. Son palabras expresión de una fe honda y una seguridad en la acción de Dios en ella. Esa decisión condicionará su vida para siempre.

El paso dado por la Virgen supone someter su vida al cumplimiento de la misión encomendada. Las explicaciones que ella ha pedido no van más allá de lo que le proponen. La fe de María acoge con decisión su misión sin dudar ni sopesar las consecuencias del paso dado. La fe profunda de María se expresa en esas palabras. Ahí queda de manifiesto su confianza en Dios. Todo lo que pueda suceder posteriormente será asumido como parte de la respuesta dada con sencillez y confianza. Será la madre del Redentor. Un paso trascendental en la historia de la humanidad: Dios habitará en su seno y la convertirá en “su” madre. Será la madre del Mesías esperado y así se convertirá también en madre de todos los hombres.

Ante el texto de la Anunciación podemos pensar en nuestra reacción ante las propuestas que el mismo Jesús hace. Los hombres pedimos con frecuencia condiciones para pronunciar nuestro sí a esas propuestas. Queremos conocer las consecuencias de nuestras decisiones y así poder aceptar o rechazar lo que Él ofrece. En esta fiesta de María, merece la pena aprender a confiar en Dios y asumir su voluntad desde la sencillez y la generosidad de María, sabiendo que en esa entrega expresamos realmente nuestra fe.

Los misterios del rosario son el recuerdo que nos conduce a reflexionar sobre los momentos centrales de la vida de Jesús, para que, como para María y para San José, Él sea el centro de nuestros pensamientos, atenciones y decisiones.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

Soy salmantino, de Monsagro, diócesis de Ciudad Rodrigo. Tras los estudios eclesiásticos, fui destinado a Oviedo. Allí estudié inglés en la Universidad. Tras catorce años enseñando en la bendita Asturias, volví a Salamanca, donde hice un Máster en Orientación Familiar, en la Universidad Pontificia. Un nuevo cambio me trajo a Valladolid. Aquí he trabajado como orientador familiar en nuestro Centro de Terapia y Mediación familiar, Oikos. Aunque ya jubilado sigo trabajando en nuestra iglesia de San Pablo.