10/10/25

EVANGELIO SABADO 11-10-2025 SAN LUCAS 11, 27-28 XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».

Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

                           Es palabra del Señor

REFLEXION

El breve pasaje evangélico que nos ofrece hoy la liturgia es una nueva invitación a pasar de la lógica y los criterios de este mundo a los de Dios. Se trata de dar un salto cualitativo. No pretende que despreciemos lo humano, sino que vivamos y contemplemos las cosas de aquí desde la óptica de lo divino.

El halago que Jesús escucha es cierto y oportuno, pero Él lo eleva a otro nivel. No corrige porque sea una falsedad, sino porque se queda corto, con unas miras demasiado mundanas. Claro que le gusta escuchar que bendicen a su madre, pero la mera maternidad biológica es nada en comparación con su santidad: la esclava del Señor; la que escucha la Palabra y deja que se cumpla en ella. Como ya dijo san Agustín: «significa más para María haber sido discípula de Cristo que haber sido madre de Cristo». (San Agustín, sermón 72 A).

Así nos invita Jesús a la conversión del corazón y de la mirada. Para que dejemos de aspirar hacia metas, medallas y logros meramente humanos y pasemos a vivir según el Espíritu. Que renunciemos a las categorías de este mundo para asumir las suyas. Que dejemos de vivir desde lo aparente, que atrae la admiración de los demás, a la auténtica grandeza interior del discípulo que vive en su Presencia: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará y vendremos a él, y haremos morada en Él» (Jn. 14, 23).

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.
Monasterio Santo Domingo (Caleruega)

Soy misionera por naturaleza y contemplativa por vocación. Nací en Lima (Perú) ya que mis padres y hermanos habían sido enviados como familia en misión, y crecí en Madrid, donde dejé los estudios de Matemáticas para seguir mi llamada a la vida monástica. Conjugo contemplación y predicación a través de la escritura, con libros como Domingo de Guzmán. Entre el silencio y la Palabra (2021) y ¡Yo quiero! Pasión de Catalina de Siena (2025). Desde el silencio y el ritmo del monasterio intento traducir al lenguaje y circunstancias de nuestro mundo actual la riqueza de la espiritualidad cristiana y dominicana que me rodea.