13/7/25

EVANGELIO LUNES 14-07-2025 SAN MATEO 10, 34-11,1 XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mi; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mi no es digno de mi; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mi. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mi, la encontrará.

El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.

El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».

Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

                          Es palabra del Señor

REFLEXION

Las palabras el Evangelio, resultan sorprendentes, por no decir raras. A nuestro lenguaje actual, y, sobre todo, en palabras de Jesús, resultan incomprensibles y dudosas que sean palabras de Jesús. A primera lectura, parece algo contradictorio, pues el príncipe de la paz, nos dice que ha venido a producir enfrentamiento y violencia, además con los más cercanos. ¿Será verdad aquel dicho, que el que más te quiere te hará llorar?

Pienso que Jesús, aquí, nos quiere invitar a poner nuestro interés, nuestra capacidad en centrarnos en su actuación y en sus palabras. Actuación y palabras que nos ayudan a descubrirle a Él, como aquel que debe centrar nuestra atención a la hora de actuar para dar sentido a la vida. Es verdad que también necesitamos la ayuda de los padres y de los hermanos y demás familiares. Lo que intenta Jesús enseñarnos es que por seguirle a Él no puede haber enfrentamiento entre los familiares. Pero si lo hay ¿Qué hacer? Y esto se está dando hoy día.

Por eso viene la invitación a no romper el amor, sino todo lo contrario, a acoger, dar, darse y darte para que ese amor se haga realidad en nuestra vida. Dios hace realidad cada día su amor hacia nosotros. Él nos ha concedido su gracia para acoger ese amor y hacerlo realidad en nuestro existir diario. Jamás puede invitar a romper ese amor que nos debemos, porque Él nos amó primero. Esta invitación a acoger ese amor como lo central de nuestra vida.

Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.

Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.
Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)