30/11/25

EVANGELIO LUNES 01-12-2025 SAN MATEO 5, 8-11 PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

 





En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».

Le contestó:
«Voy yo a curarlo».

Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

                           Es palabra del Señor

REFLEXION

Este episodio del texto evangélico es confirmación de que hay razones para la esperanza. La predicación de Jesús no estaba llena de éxitos, y menos aún en Cafarnaúm, donde vivía con sus discípulos; (¡ay de ti Cafarnaúm…, diría Jesús decepcionado por la no acogida a su palabra y persona). Y es alguien ajeno al pueblo judío, miembro del poder que domina a Israel, quien confía en Jesús. En su simple palabra. El mismo Jesús quedó sorprendido, dice el texto: sorpresa admirativa.

Es un momento en que Jesús rompe con la creencia, generalizada entre los judíos, de que ellos son los únicos que merecen los beneficios de Dios, con desprecio hacia los otros pueblos. Es una inversión de la acogida de Dios, de la acogida que tendrá el mismo Jesús, su evangelio y su salvación. El compromiso de Dios en Jesús con los seres humanos es universal, nadie queda excluido. Y no pocas veces, y de ello podemos tener experiencia, de los que menos se espera, nos llegan a nosotros ejemplos de vida evangélica, de confianza en Dios.

No olvidemos que la esperanza está abierta todos, nadie queda fuera de las promesas y ayuda de Dios. Seamos ejemplo de esperanza. Personas alegres porque estamos invitados a la casa del Señor. Él ha venido primero a la nuestra.

Fray Juan José de León Lastra O.P.

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

Soy un sacerdote dominico nacido en Quirós, Asturias. Después de mi paso por la escuela apostólica de Corias continué el proceso de formación institucional hasta el año 1960. Durante veintiocho años he estado dedicado a la enseñanza media en colegios de la Orden. Fui elegido prior provincial de la provincia de España y luego asistente del Maestro de la Orden para España, Portugal e Italia. Después he sido profesor de Antropología, Hecho religioso y Teología espiritual en Santo Domingo (Rep. dominicana) y profesor en las Escuelas de Teología de San Esteban, y Fray Bartolomé de las Casas de Madrid-Atocha. Ahora soy profesor en la Escuela de Teología por Internet, ETI. Amo la montaña y disfruto con la lectura de escritores consagrados.

29/11/25

DOMINGO 30 DE NOVIEMBRE : PRMER DOMINGO DE ADVIENTO

 





Comenzamos hoy un nuevo año litúrgico, y con él se abre el tiempo de Adviento, una de las etapas más hermosas y significativas del camino cristiano. Cuatro semanas en las que la Iglesia nos invita a preparar el corazón para recibir al Señor que viene, no sólo en la memoria gozosa de su nacimiento en Belén, sino también en su venida diaria a nuestras vidas y en su retorno glorioso al final de los tiempos.

El Adviento es, por tanto, un tiempo de esperanza activa, de vigilancia y conversión. No se trata de un simple preámbulo a la Navidad, sino de un tiempo de gracia en el que Dios nos despierta del sueño de la rutina y nos llama a vivir con el corazón encendido. En medio de la prisa, del ruido y del consumismo que suelen llenar estas semanas, la liturgia nos invita a detenernos, a hacer silencio, a mirar más allá de lo inmediato y descubrir los signos discretos de la presencia de Cristo entre nosotros.

La Palabra de Dios de este domingo —con la voz profética de Isaías, la exhortación de San Pablo y el llamado de Jesús a “velar”— nos sitúa ante la urgencia de despertar, de abrir los ojos a lo esencial. Este es el espíritu del Adviento: vivir atentos a la venida del Señor, con fe, con alegría y con esperanza renovada.

Fr. Dailos José Melo González OP

Fr. Dailos José Melo González OP
Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife)

LECTURAS DOMINGO 30-11-2025 : PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

 

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías 2, 1-5:

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.

En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.

Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.

Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».

Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.

No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.

                     Es palabra del Señor

Salmo

Salmo 121 R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R/.

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor,
nuestro Dios, te deseo todo bien. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 11-14a

Hermanos:

Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.

Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.

                  Es palabra del Señor

REFLEXION

Iª Lectura. Isaías (2,1-5): De las espadas, arados; de las lanzas, podaderas

 En este Primer Domingo de Adviento, todo impresiona; no obstante, esta lectura del Profeta Isaías es uno de los oráculos más característicos del gran maestro del siglo VIII a. C. Isaías era un hombre de Jerusalén, de familia acomodada, sacerdotal quizás, de cultura refinada. Su pasión por Jerusalén es, en el fondo, una pasión por Dios; el Dios que se adora en el templo. Cuando el profeta habla del templo, de los sacrificios, de las ofrendas. entiende que eso ante Dios no vale apenas nada.¡Y eso que no era un irreverente, y su vocación la describe en el templo (Is 6)!. Pero Isaías no está convencido que sus paisanos hayan entendido adecuadamente la presencia de Dios en Sión. Su oráculo es muy parecido al de su contemporáneo Miqueas (cf. 4,1-3). Para el profeta, Jerusalén debe ser la ciudad de la paz, de la justicia. De esa forma sí acontece una presencia viva de Dios en Sión y en cualquier parte del mundo. De sus resortes culturales hará una profecía crítica contra Jerusalén y contra los dirigentes políticos y los responsables religiosos. Y por eso nos habla (sueña más bien) de una Jerusalén que debe ser sabia: la que se atreva a hacer de las espadas arados y de las lanzas podaderas. Esta opción por la paz y no por la guerra es, para el profeta, una opción divina ¡no hay duda!

 Probablemente éste era un cántico que circulaba en ambientes de la escuela de Isaías (o de algún círculo profético desconocido ahora para nosotros) y que ha venido a ser santo y seña de este hombre que representa la edad de oro del profetismo. Jerusalén no será la ciudad de Dios y de su presencia, sin justicia y paz, los bienes más anhelados de la humanidad. Y éste sigue siendo el reto de la Jerusalén actual. Esta lectura, pues, de Isaías, es una portada extraordinaria, la más adecuada sin duda, para comenzar este Adviento: porque en el mundo de hoy, nacionalismos, fundamentalismos religiosos, xenofobias y rencores, anidan y reverdecen en los corazones de los hombres, ¡y eso que estamos en el tercer milenio! No es posible que dejemos de sentir y de anhelar que necesitamos rehacer esta "historia" de aquí, como algo nuevo y profético. Es eso lo que cambiará el mundo ya no de espadas y lanzas, sino de cañones y tecnología maldita a punto para aniquilar a los pueblos y a la misma humanidad.

 IIª Lectura: Romanos (13,11-14): Llenarse del evangelio, llenarse de Cristo

 Dentro de la sección parenética o exhortativa de la carta a los Romanos (12,1-15,13) no podía faltar un apunte sustancial a la dimensión escatológica de la vida cristiana, poniendo en guardia sobre la espera del día del Señor que fue algo imprescindible en la experiencia de la salvación de Dios. El apóstol describe en antítesis lo que se vive en este mundo y lo que debe ser el anhelo y la esperanza de los que, sintiendo la salvación de Dios en Cristo, todavía deben hacer historia en este mundo. Con las metáforas de contraste entre la noche y el día o entre la luz y las tinieblas, se expresan esas radicalidades escatológicas. ¿Qué hay que hacer? El apóstol lo expresa con una imagen sin precedentes: "revestirse del Señor Jesús" (13,14). No es algo insustancial o externo como pudiera parecer. Más bien es colmar nuestra interioridad de la vida del Señor Jesús. Así se debe vivir en la historia.

 El texto, pues, es una llamada de Pablo a salir de la vida sin sentido que vivimos tantas veces. Diríamos que las armas de la luz, en este caso, son la justicia y la paz. Y revestirse del Señor Jesús es vivir en el proyecto del evangelio. La carta más importante de Pablo, por muchos motivos, nos ofrece los elementos éticos de la vida cristiana. Pero no es solamente una exhortación moralizante, sino una invitación a una vida más radicalmente cristiana (revestirse de Cristo es toda una expresión teológica): cambiar de rumbo en la existencia, de planteamientos. Pablo pretende que los más fuertes de la comunidad busquen un tipo de experiencia que solamente encuentra su razón de ser en Jesús, es decir, en su evangelio. No olvidemos que éstas fueron las palabras que leyó San Agustín, cuando tomó el libro que había en la casa, en el que se había fijado Ponticiano, el narrador de la vida eremítica de Antonio en el desierto; pero Agustín y Alipio todavía seguían planteándose muchas cosas y buscaban.; el libro en cuestión no versaba sobre retórica o gramática. Finalmente Agustín escuchó esas voces misteriosas que decían "toma y lee". Era exactamente el texto de nuestra carta con las palabras de Pablo "revestíos del Señor Jesús". Son palabras que bien merecen una conversión. Ni la retórica ni los cultos mistéricos pudieron llenar su corazón. Fue Cristo Jesús, en esa experiencia de "interioridad", quien cambió una vida sin sentido.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944 - 2019)


EVANGELIO DOMINGO 30-11-2025 SAN MATEO 24 37-44 PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.

En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

                             Es palabra del Señor

REFLEXION

 El evangelio del día (en el ciclo de Mateo que comienza hoy) nos ofrece un pasaje del último discurso de este evangelista, de los cinco que estructuran su obra (5-7; 10; 13; 18; 24-25), que en realidad es el equivalente de Mc 13, conocido como discurso apocalíptico. De alguna manera se quiere hacer una unión con el penúltimo domingo del año litúrgico. Y es que el Adviento parte de la experiencia de una historia gastada, agotada, y apunta a una esperanza nueva e inaudita: la esperanza de un salvador que traiga luz, justicia y paz a los hombres. Un juicio sobre nuestras acciones, un discernimiento más bien, es algo que está presente en la proclamación profética y que cobra tintes más dramáticos en los profetas de tendencia apocalíptica. Este mundo, piensan, no puede seguir así y Dios tiene que tomar las riendas de la historia humana, como en el tiempo de Noé y el diluvio. Sobre esta comparación está montada la parte del discurso que quiere trasmitir a los cristianos, en nombre de palabras de Jesús, la necesidad de la "vigilancia".

 En la prehistoria de Israel, el diluvio universal es todo un mito simbólico que prepara adecuadamente la aparición de un tiempo nuevo: la llamada de Abrahán, el padre del pueblo, el creyente que confía en Dios. Los once primeros capítulos del Génesis narran cómo la humanidad busca su identidad al margen de su creador y está a punto de perderse por la maldad y la arrogancia. Parece como si la obra que había salido de las manos de Dios hubiera perdido su sentido. Los hermanos no se respetan, se matan y la humanidad se pervierte perdiendo su chispa divina. La "historia" o narración del diluvio, no obstante, pone como símbolo un "resto" que pueda garantizar un futuro mejor. Es evidente que la historia, nuestra historia, necesita ser siempre renovada. Eso es lo que buscan los hombres de todas las religiones y tendencias. Y eso es lo que se propone también con este tipo de discurso, producto de una mentalidad apocalíptica, que no es lo más característico de Jesús, sino más bien de una comunidad, como la de Mateo, en la que permanecen muchas concepciones del judaísmo.

 Llamada, pues, a convertirse; llamada de recomenzar, porque siempre es posible "recomenzar" para el ser humano. Los animales u otros seres vivientes no pueden nunca "recomenzar", les es imposible, pero el ser humano sí. Esa es nuestra grandeza y nuestro reto. Es algo que Dios ha puesto en la entraña misma del ser humano que sacó de la nada, o de la tierra, si queremos usar el símil bíblico de Gn 2. Así sucedió en tiempos de Noé después del diluvio; así sucedió también en tiempos de Abrahán tras lo de la torre de Babel. Esto será todo lo mítico que queramos, pero es muy elocuente para desentrañar el sentido de estas palabras "escatológicas" del discurso que inaugura el Adviento. "Estad preparados", en el lenguaje apocalíptico, puede sonar a algo poco agradable; pero desde la lectura profética de la acción y las palabras de Jesús es una llamada exhortativa a vivir en concordia, en paz, en justicia. y en alegría. Es verdad que estas palabras no están presentes en esta parte del discurso mateano, pero si en el "espíritu" del Adviento. No se pueden cambiar, tienen que sonar como están escritas, pero debemos interiorizarlas con el talante de que podemos comenzar una etapa nueva, un momento nuevo, una actitud nueva. por la llegada del "Hijo del Hombre". El Hijo del hombre, en la interpretación cristiana es Jesús de Nazaret, el Señor, quien comenzó, de parte de Dios, una "historia" radicalmente nueva para que podamos vivir con dignidad en el temor o la confianza en Dios, sin miedo a ser destruidos, sino con discernimiento. Discernimiento de lo que no tiene sentido y de lo que hay que arrancar, si fuera posible de raíz; pero aún no siendo posible, siempre es maravilloso que se nos de la ocasión o la oportunidad, si queremos la terapia, para que nuestra historia personal no tenga por qué estar envejecida para siempre. Dios, el Dios de Jesús, siempre tendrá un proyecto de salvación con la humanidad.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944 - 2019)

28/11/25

EVANGELIO SABADO 29-11-2025 SAN LUCAS 21, 34-36 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

                       Es palabra del Señor

REFLEXION

Las palabras del evangelio de Lucas me hacen recordar un cuadro que vi recientemente: por medio de animales se nos presenta la misión del cristiano hoy día: en el centro está un mastín blanco, precioso. Enfrente de él un rebaño reposa tranquilo paciendo en un prado verde. A la izquierda de la imagen, un lobo feroz, rabioso, con las fauces dispuestas a devorar el rebaño ante cualquier despiste del mastín. A la derecha del mismo, una liebre corretea juguetona como sin darse cuenta de la tensión del momento.

Así es la vida del cristiano, porque el mastín mira de reojo al león, está vigilante para no dejar que se abalance sobre el rebaño; representa las tentaciones del enemigo, los males que nos acechan, las persecuciones, el pecado. Pero, a la vez, también mira de reojo a la liebre, las inquietudes de la vida que con su superficialidad quieren distraernos de lo esencial de la vida cristiana, contagiando nuestra vida de banalidad, superficialidad, mundanidad espiritual. El mastín no se deja manipular ni por unos ni por otros, es fiel a su misión de defender al rebaño y de mantenerse ecuánime en la fe y en la presencia del Señor. Vigilancia y oración, son las dos actitudes a las que nos invita el Evangelio de hoy, y que pedimos al Señor con todo nuestro corazón.

Todo esto nos ayudará a comenzar el año litúrgico con un corazón renovado y entusiasmado por este nuevo Adviento que el Señor nos regala.

 

¿Cómo puedo avivar la esperanza en medio de las dificultades que me acechan?

¿Qué necesito potenciar en mi vida de fe para confiar más en el Señor y no tener miedo de entregarle mi vida?

¿Cuáles son los afanes de la vida que me distraen de la presencia de Dios? ¿Cómo puedo ahondar más en la oración y la fidelidad al Señor?

Sor Inmaculada López Miró, OP

Sor Inmaculada López Miró, OP
Monasterio Santa Ana, Murcia

Soy dominica contemplativa del monasterio de Santa Ana de Murcia. A los 17 años, mientras vivía mi fe en las comunidades neocatecumenales, peregriné a Santiago de Compostela para la JMJ de 1989 y allí el Señor me mostró la vocación contemplativa. Conocí primero la vida de las monjas trapenses, pero poco después me cautivó la alegría y la riqueza en la liturgia de mi comunidad Dominicana, donde entré con 18 años abandonando los estudios de veterinaria. Me encanta la música, el cine, y la naturaleza. En mi vida de fe, profundizar en la Palabra de Dios por medio de la lectio divina y la liturgia, constituye mi alimento y mi alegría. Hacer de mi vida una predicación viva construyendo comunidad, es la mejor manera de actualizar el carisma de Domingo de Guzmán

27/11/25

EVANGELIO VIERNES 28-11-2025 SAN LUCAS 21, 29-33 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.

Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

                   Es palabra del Señor

REFLEXION

El Evangelio de Lucas retoma este mismo tono de esperanza. Jesús habla de la higuera que brota, signo de que el verano está cerca. Así también, los signos de los tiempos anuncian que el Reino de Dios está cerca.

No se trata de temer el fin, sino de aprender a reconocer la presencia de Dios en el curso de la historia, incluso cuando todo parece tambalear: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Lc 21,33) Esta frase de Jesús es el corazón del Evangelio de hoy: todo lo visible, todo lo que hoy nos preocupa o nos deslumbra, pasará; pero su Palabra permanece.

La historia cambia, las estructuras se transforman, las certezas humanas se derrumban, pero el amor de Dios, revelado en Cristo, no cambia jamás.

Aplicación para nuestra vida

No te dejes dominar por el miedo. Las tempestades de la historia, personales o globales no tienen la última palabra. Dios sigue siendo el Señor del tiempo y de la eternidad.

Aprende a leer los signos del Reino. Aun en medio del caos, hay brotes de esperanza, gestos de amor, semillas de bien. Son la higuera que anuncia la primavera de Dios.

Aférrate a la Palabra. Todo pasa, pero la Palabra de Cristo es roca firme. Quien edifica su vida sobre ella, no teme el cambio, porque su corazón está anclado en lo eterno.

La liturgia de hoy nos invita a mirar más allá del miedo y a vivir con la certeza de que el Reino de Dios ya está en marcha. En Cristo, el “Hijo del hombre”, encontramos la promesa segura: “Su Reino no será destruido jamás”. (Dan 7,14)

Fr. Carlos Ávila O.P.

Fr. Carlos Ávila O.P.
Convento de Ntro. Padre Sto. Domingo (Torrent)

Soy argentino y nieto de españoles. Después de cumplir con el servicio militar respondí al llamado de Dios y fui ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1990. Me formé en Argentina y en Roma, y obtuve el doctorado en Teología por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino. Me he especializado en teología ortodoxa rusa. Durante 18 años serví como misionero en la misión Ad Gentes, desarrollando mi labor en Perú, Rusia y Tayikistán. Soy creador de los canales de YouTube y TikTok “Predicando con nuestra vida” y “Despierta tu Marca”, donde comparto reflexiones sobre acompañamiento espiritual, desarrollo personal e Inteligencia Espiritual. Actualmente estoy asignado al convento Santo Domingo de El Vedat, en Torrent.

26/11/25

EVANGELIO JUEVES 27-11-2025 SAN LUCAS 21, 20-28 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!

Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.

“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

                        Es palabra del Señor

REFLEXION

Jesús fue un creador incansable de esperanza. Toda su existencia consistió en contagiar a los demás la Esperanza que él mismo vivía desde lo más hondo de su ser. Hoy hemos escuchado su grito de alerta anunciando la destrucción de Jerusalén como una fuerte amenaza para todos sus habitantes, pero a la vez como una gran oportunidad para sus seguidores.

El Reino está cerca, un Reino con apariencia de Hijo del Hombre. Quienes sufrimos la tensión y la intranquilidad de comprobar que todavía no podemos disfrutar la felicidad a la que estamos llamados todos, solo podemos liberarnos recobrando el aliento, no sintiendo miedo ante el panorama de nuestro mundo con guerras, corrupciones, desplazamientos de personas, emigrantes obligados a salir de su país buscando un pueblo de acogida, desastres ecológicos…

Y alzando la cabeza ante estas situaciones injustas del mundo en que vivimos: aprendiendo a vivir de una forma más lúcida, más solidaria, más humana, y por supuesto más comprometida en un cambio.

Jesús hoy como ayer nos hace una llamada a estar atentas a los signos de los tiempos. Actuando cada uno en lo que pueda, no quedando atrapadas en la lástima, al oír tanta mala noticia a nuestro alrededor.

“Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”.

Donde más y mejor se nota esta fe es en las situaciones más desesperadas que nos presenta la vida, cuando no vemos solución y, sin embargo, seguimos firmes en esa fe.

Cuando pedimos por la paz, por la justicia, por las víctimas de las guerras y de los terremotos, por las personas que pasan hambre… no estamos diciéndole a Dios algo que no sabe o que tiene que arreglar él. Nosotros somos las que necesitamos la oración.

Porque pedir insistentemente a Dios tiene dos efectos: uno, el de no olvidarnos y hacernos insensibles ante estas duras realidades de nuestro mundo. Y dos, es una manera de ir tomando conciencia de que, si pedimos, nos estamos implicando a trabajar y luchar por la justica, por la paz, por la solidaridad… que pedimos. Empezando por nuestro entorno cercano.

Ejemplo claro de esto es la profecía de Daniel, que hemos escuchado en la lectura primera y como Dios lo salvo por su constante oración y confianza en El.

Hna. Mari Cruz OP

Hna. Mari Cruz OP
Dominica de la Anunciata

Nací en Torrelavega (Cantabria) y estudié en Las Hijas de la Caridad. Fui a la Universidad de Oviedo a estudiar Químicas y allí conocí a las Dominicas de la Anunciata. Ingresé en la Congregación y después de los estudios de formación y de teología en Madrid y tras terminar la carrera, vine a vivir a Renteria- Galtzaraborda, a un barrio obrero, con otras hermanas, donde sigo. He dado clases en el colegio de la Anunciata de Pasajes compaginándolo con la vida y misión de la comunidad de la Parroquia de Galtzaraborda. Al principio trabajé con jóvenes, y siempre en Caritas en Acogida a emigrantes y Acompañamiento a personas presas. Disfruto con el mar, el monte y las personas. Soy muy feliz y he aprendido del Evangelio y de las personas con las que he convivido, lo que soy se lo debo a todos.

25/11/25

EVANGELIO MIERCOLES 26-11-2025 SAN LUCAS 21, 12-19 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

                          Es palabra del Señor

REFLEXION

El Evangelio de hoy nos sitúa en un contexto de dificultad, pero si profundizamos bien, el texto no es un anuncio de desgracias, sino un llamamiento a la fidelidad y a la constancia. Jesús nos recuerda que la fe no es refugio cómodo, sino camino de amor que se mantiene firme cuando todo alrededor se tambalea. Permanecer fieles al amor de Dios no significa vivir sin miedo, sino seguir amando incluso en medio del miedo. Significa confiar cuando todo parece nublado, y creer que, aun en la oscuridad, la luz llegará, pues Dios no abandona a sus hijos e hijas.

Cada persona vive hoy sus propias “persecuciones”: incomprensiones, cansancio, soledad, incertidumbre, enfermedades, ansiedades. En ese contexto de dificultad, la palabra de Jesús cobra fuerza. Es la promesa de un Dios que, si bien no nos libra de la tormenta, permanece en ella junto a sus hijos e hijas, sosteniendo, acompañando. Haciendo la vida más ligera.

En este sentido, el Evangelio nos invita a permanecer y a confiar cuando no comprendemos. La fidelidad no es obcecación, sino fruto de un amor maduro que sabe esperar y resistir porque se sabe amado. Nos enseña que la salvación no llega por el éxito ni por el reconocimiento, sino por la perseverancia en el amor. Esa perseverancia —que nace de la oración, del servicio y de la esperanza— es la que nos hace personas libres y plenas.

La vida cristiana se teje en la constancia diaria, a menudo en gestos sencillos y aparentemente insignificantes. Es en esa constancia del día a día, en el permaneced, es donde germina la semilla del Reino, transformando poco a poco la realidad, construyendo Reino.

Reconocernos como hijos e hijas de Dios, es saberse amado a pesar de las cruces diarias. Es permanecer firmes en el Amor de Dios.

 Fraternidad Laical de Santo Domingo de Valencia

Fraternidad Laical de Santo Domingo de Valencia

La Fraternidad Laical de Valencia está formada en la actualidad por hermanos y hermanas con promesa solemne, con promesa simple, y con hermanos a la espera de admisión; sin embargo, desde la fundación de la misma, han formado parte de ella numerosas personas que nos han precedido en la predicación. Uno de los compromisos adquiridos comunitariamente es estudiar y compartir la Palabra de Dios para luego predicarla en la web. Contemplando la Palabra en comunidad, y poniéndola en común, elaboramos una predicación que compartimos con alegría


24/11/25

EVANGELIO MARTES 25-11-2025 SAN LUCAS 21, 5-11 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

                        E palabra del Señor

REFLEXION

San Lucas nos lleva a profundizar y no quedarnos en la apariencia exterior. Algunos, dice el evangelista, ponderaban la hermosura del templo, sus adornos. Común tentación, en la que fácilmente caemos. Nosotros, como ellos, no estamos exentos de la tentación de la superficialidad. Nuestros templos son visitados como museos y cuando los enseñamos, nos quedamos en referencias estilísticas o históricas, cuando presumimos de la riqueza que en ellos se contienen. ¿Nos detenemos a considerar que son espacios de oración? ¿Que encierran un mensaje evangelizador? ¿Que nos hablan de una realidad mayor?

Las palabras de Jesús, resuenan con plena actualidad: “Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida”. Así como la estatua fue destruida, todo tendrá que ser transformado. No preguntan el por qué. Preguntan ¿cuándo será eso? ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?  Vana curiosidad. Una advertencia hace el Señor: Mirad, que nadie os engañe. Oportuna advertencia, para que no prestemos oídos a los que andan señalando día y hora. Interpretando con ligereza e inmediatez el retorno del Señor. No prestar atención a los que se presentan como mesías. Tampoco a los que dicen: está llegando el tiempo.

Lo más importante es estar siempre a la escucha, atendiendo su llamada, dispuestos a recibirle y esa disposición se revela en el modo como vivimos de su palabra y en el ejercicio de acogida de los que él llama, pequeños hermanos. No olvidar que está a la puerta llamando, si escuchamos y abrimos, tendremos la experiencia del encuentro con el Señor.

¿Me mueve más la curiosidad que el deseo de encontrarme con El?

¿Me pierdo en lo superficial y no comprometo mi vida con Aquél que me ha amado?

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)

Soy fraile dominico, nacido en Almería en 1950. Tras graduarme como Delineante Industrial, ingresé en la Orden de Predicadores en 1967 y fui ordenado sacerdote en 1974. He desarrollado mi labor pastoral y formativa en España y Venezuela, como maestro de novicios, prior en varias comunidades, profesor de teología y director espiritual. También he trabajado en la Pastoral Familiar y acompañado a jóvenes y laicos dominicanos. Actualmente soy párroco en Santa Escolástica de Granada. Me apasiona la investigación histórica, he participado en congresos y publicado varios trabajos y formo parte del Instituto de Estudios Almerienses.