22/11/25

LECTURAS DEL DOMINGO 23-11-2025 SOLEMNIDAD DE CRISTO REY

 

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel 5,1-3:

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebron y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».

Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

                       Es palabra del Señor

Salmo

Salmo 121,1-2.4-5 R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,12-20

Hermanos:

Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles.

Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

                    Es palabra del Señor

REFLEXION

Iª Lectura: 2º Samuel (5,1-3): Dios busca un rey para la paz

 La lectura se ambienta en Hebrón, donde según la tradición, se conservan las tumbas de los Patriarcas del pueblo de la Alianza. Los del sur, a cuya tribu de Judá pertenecía David, ya lo había proclamado rey. Ahora vienen las tribus del norte, las de Israel, para pedirle que lo quieren también como rey. Es muy compleja la “historia” de David, su subida al trono, las razones por las cuales fue primeramente elegido por Judá y después vinieron a ofrecerle el reino del norte, Israel, que había tenido una historia distinta. Hay cosas seguras o bien aceptadas, desde luego, pero no podemos negar que la “leyenda” de cómo David fue “ungido” rey se convierte en una leyenda religiosa a medida de la concepción del soberano en Oriente, como representante de los dioses. El Dios de Israel, Yahvé, no tiene preferencias por un tipo de gobierno… pero la historia antigua no puede prescindir de lo religioso y de suponer una intervención de Dios en casi todo.

 La historia en este caso es bien explícita: David tenía fama de buen defensor y sobre él se tejerá la leyenda sagrada de rey justo y capaz de alcanzar la unidad. Él conquista la paz; aunque, lógicamente, la paz de David es una paz efímera, lo mismo que la solidaridad entre las tribus, entre el norte y el sur, se resiente de muchos defectos. Pero es el primer apunte de una teología de pacificación y solidaridad que solamente se encontrará con Jesús de Nazaret. Aquí, a continuación de nuestro texto, se habla de los treinta años que tenía cuando comenzó a reinar sobre Hebrón y de los treinta y tres sobre Israel. Quizá Lucas haya podido tener esto en cuenta cuando en Lc 3,23 nos habla de la edad de Jesús para enlazar con la genealogía que justificaría que Jesús era, por José, descendiente de la línea de David.

 

IIª Lectura: Colosenses (1,12-20): Cristo, como hombre, es el relato de Dios

 La carta a los Colosenses nos ofrece hoy un himno cristológico de resonancias inigualables: Cristo es la imagen de Dios, pero es criatura como nosotros también. Lo más profundo de Dios, lo más misterioso, se nos hace accesible por medio de Cristo. Y así, Él es el “primogénito de entre los muerto”, lo que significa que nos espera a nosotros lo que a Él. Si a él, criatura, Dios lo ha resucitado de entre los muertos, también a nosotros se nos dará la vida que él tiene.

  Entre las afirmaciones o títulos sobre Cristo que podrían parecernos alejadas de nuestra cultura y de nuestra mentalidad, podemos escuchar y cantar este “himno” como una alabanza al “primado” de Cristo en todo: en su creaturalidad, en su papel salvífico, en su resurrección de entre los muertos. Para los cristianos ello no debe ser extraño, porque nuestra religión, nuestro acceso a Dios, está fundamentada en Cristo. Puede que en el trasfondo se sugiera alguna polémica para afirmar la “plenitud” de todas las cosas en Cristo. Pero es como un grito necesario este canto, porque hoy, más que nunca, podemos seguir afirmando que Cristo es el “salvador” del cosmos.

 Cristo ha traído la salvación y la liberación, no solamente para un pueblo, sino para todos los pueblos, para todas las naciones. ¿Por qué? Porque Él es la imagen del Dios invisible. Este concepto, siempre discutido, se carga de contenido para mostrar la diferencia entre los reyes del pueblo del Antiguo Testamento y Cristo. Naturalmente que nos encontramos ante una confesión de fe, cantada y vivida por las comunidades primitivas y recogida en esta carta paulina. El primado de Jesús le viene de la creación y de su papel en el proyecto redentor y liberador de Dios. De la creación, porque ha vivido en profundidad la dignidad que Dios siempre ha querido para todo ser humano. De todas las afirmaciones que sobre el particular se nos presentan, lo más definitivo es que todo se sustenta en Él. En la redención porque se ha sometido siempre a la voluntad de Dios y así, además de ser el primero en la Iglesia, es el primogénito de entre los muertos: su resurrección, pues, es el prototipo de lo que nos espera a todos nosotros.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944 - 2019)