30/6/22

EVANGELIO VIERNES 01-07-2022 SAN MATEO 9, 9-13 XIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».

                                          Es palabra de Dios

REFLEXION

Hoy es el propio San Mateo quien nos cuenta el relato de su vocación. Jesús lo vio, le dijo sígueme y él se levantó y lo siguió.

De todos es sabido que Mateo era recaudador de impuestos, oficio que no era bien visto. Sin embargo, Jesús no se fijó en lo que hacía, en lo que aparentaba ser, sino que escudriñó su interior y descubrió dentro de él un corazón dispuesto a dejarlo todo y a seguirle.

Este relato nos interpela, nos anima a abrir nuestros ojos, a no tener una mirada superficial,  que se fija en la apariencia y olvida el misterio de Dios que esconde cada persona.

Mateo fue llamado en el momento oportuno, lo vemos en el hecho de que a la invitación de Jesús a seguirle respondió con prontitud. Si el Señor se hubiera quedado en lo externo, en pensar que como estaba haciendo algo “contrario” a la vocación, mejor era no llamarlo al seguimiento, no tendríamos al gran Apóstol y Evangelista San Mateo.

Pidamos al Señor por la intercesión de San Mateo, que tengamos la valentía de proponer la vocación a los jóvenes de nuestro entorno. Ellos, aún sin saberlo, buscan a Dios, porque buscan la felicidad, muchas veces llamando a puertas equivocadas. Ayudémosles a encontrar el camino de la alegría verdadera, la que sólo Dios puede dar.

None MM. Dominicas
Monasterio de Santa Ana (Murcia)

29/6/22

EVANGELIO JUEVES 30-06-2022 SAN MATEO 9, 1-8 XIII SEMANA DE TIEPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

                          Es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús realiza la curación de un paralítico, una acción profética para indicar que el Reino de Dios ha llegado. Él ha detectado una fe grande en aquellos que portan al paralítico. Curiosamente, comienza por ofrecerle el perdón. Algo que solo Dios podía hacer. Supone un escándalo para aquellos escribas, versados en la ley. Da la sensación de que Jesús esperaba su reacción y por eso les reprocha sus malos pensamientos. Como respuesta a sus pensamientos, acentúa su gesto indicándole al paralítico que coja la camilla y se vaya a su casa.

En el pueblo de Israel, como en otros muchos pueblos, la enfermedad se asociaba al pecado. De ahí que Jesús comience con ese gesto del perdón tras lo cual curará al impedido paralítico.

Como en tantas ocasiones, la reacción del pueblo sencillo, que mira los hechos con realismo, es de admiración, sobrecogimiento y alabanza a Dios porque ha dado a los hombres la potestad de curar a quienes viven sujetos a sus limitaciones convirtiéndose en personas dependientes de los demás.

La parte de los escribas ha “tomado nota” para poder acusarlo de blasfemo. Ha perdonado los pecados: “¿Quién puede perdonar los pecados sino Dios?”.

Jesús es consciente de lo que piensan de él, pero no se inmuta, porque está cumpliendo la misión que el Padre le ha encomendados. Él ha venido a ser vida y dar vida a los hombres.

Parece claro que nuestras acciones siempre provocan reacciones en los demás. Y, como en el caso de Jesús, habrá quien las juzgue bien y quienes las sometan a juicio. Conviene siempre tener como modelo la reacción de Jesús. Él tiene claro cómo actuar y no se arredra, pese a tener enfrente jueces que pensarán mal y rechazarán sus gestos. Él se mantiene fiel a su Padre que quiere el bien de sus hijos.

Como en la primera lectura nos toca hoy, -quizá siempre-, revisar nuestras posturas. Sobre todo, las que hacen referencia a nuestros miedos, a la reacción de los demás cuando, por ser fieles a nuestras convicciones, recibimos el desprecio o el rechazo. Los tiempos no son propicios a aceptar la Verdad y hacerla vida. Jesús con ese gesto nos anima a seguir su comportamiento.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

EVANGELIO JUEVES 30-06-2022 SAN MATEO 9, 1-8 XIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados».Algunos de los escribas se dijeron:«Este blasfema».Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».Se puso en pie y se fue a su casa.Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

                         es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús realiza la curación de un paralítico, una acción profética para indicar que el Reino de Dios ha llegado. Él ha detectado una fe grande en aquellos que portan al paralítico. Curiosamente, comienza por ofrecerle el perdón. Algo que solo Dios podía hacer. Supone un escándalo para aquellos escribas, versados en la ley. Da la sensación de que Jesús esperaba su reacción y por eso les reprocha sus malos pensamientos. Como respuesta a sus pensamientos, acentúa su gesto indicándole al paralítico que coja la camilla y se vaya a su casa.

En el pueblo de Israel, como en otros muchos pueblos, la enfermedad se asociaba al pecado. De ahí que Jesús comience con ese gesto del perdón tras lo cual curará al impedido paralítico.

Como en tantas ocasiones, la reacción del pueblo sencillo, que mira los hechos con realismo, es de admiración, sobrecogimiento y alabanza a Dios porque ha dado a los hombres la potestad de curar a quienes viven sujetos a sus limitaciones convirtiéndose en personas dependientes de los demás.

La parte de los escribas ha “tomado nota” para poder acusarlo de blasfemo. Ha perdonado los pecados: “¿Quién puede perdonar los pecados sino Dios?”.

Jesús es consciente de lo que piensan de él, pero no se inmuta, porque está cumpliendo la misión que el Padre le ha encomendados. Él ha venido a ser vida y dar vida a los hombres.

Parece claro que nuestras acciones siempre provocan reacciones en los demás. Y, como en el caso de Jesús, habrá quien las juzgue bien y quienes las sometan a juicio. Conviene siempre tener como modelo la reacción de Jesús. Él tiene claro cómo actuar y no se arredra, pese a tener enfrente jueces que pensarán mal y rechazarán sus gestos. Él se mantiene fiel a su Padre que quiere el bien de sus hijos.

Como en la primera lectura nos toca hoy, -quizá siempre-, revisar nuestras posturas. Sobre todo, las que hacen referencia a nuestros miedos, a la reacción de los demás cuando, por ser fieles a nuestras convicciones, recibimos el desprecio o el rechazo. Los tiempos no son propicios a aceptar la Verdad y hacerla vida. Jesús con ese gesto nos anima a seguir su comportamiento.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

28/6/22

29 DE JUNIO : SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 





En el calendario cristiano, la fecha sirve para conmemorar el martirio de Simón Pedro y Pablo de Tarso, dos de los apóstoles que acompañaron a Cristo en su misión evangelizadora.

Los análisis historiográficos y exegéticos señalan que San Pedro y San Pablo fallecieron en Roma bajo el gobierno de Nerón, y según la tradición católica, el 29 de junio se celebra el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.

El 29 de junio se celebra la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, día en que se reconocen las virtudes cristianas de dos de los más grandes y reconocidos apóstoles que defendieron con su vida el Evangelio. Se les celebra en la misma fecha por los siguientes motivos:

Son fundadores de la Iglesia de Roma

Luego de la resurrección y ascensión de Cristo, Pedro asumió ser cabeza de la Iglesia, dirigió a los Apóstoles y se encargó de que los discípulos mantuvieran viva la fe. Pablo es reconocido como el apóstol de los gentiles y pasó el resto de su vida predicando el Evangelio sin descanso a las naciones del mundo mediterráneo.

Son columna espiritual de la Iglesia

De acuerdo con ACI Prensa, en 2015, el Papa Francisco manifestó que San Pedro, San Pablo y la Virgen María “son nuestros compañeros de viaje en la búsqueda de Dios; son nuestra guía en el camino de la fe y de la santidad; ellos nos empujan hacia Jesús, para hacer todo aquello que Él nos pide”.

Ambos padecieron en Roma

San Pedro y San Pablo fueron detenidos y martirizados en la prisión Mamertina, también llamada el Tullianum, ubicada en la Antigua Roma. San Pedro fue crucificado en el año 64 con la cabeza abajo a petición propia, por no considerarse digno de morir como Jesús. Fue enterrado en la colina del Vaticano y la Basílica de San Pedro está construida sobre su tumba.

Mientras que San Pablo fue decapitado tres años más tarde. Él está enterrado en Roma, en la Basílica de San Pablo de Extramuros.

Son patronos de Roma y representantes del Evangelio

En el 2012, el papa Benedicto XVI llamó a estos dos apóstoles “patronos principales de la Iglesia de Roma”. Precisó también que “la tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo”.

Son la versión contraria de Caín y Abel

Aquel año, durante la homilía por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el papa también presentó un paralelismo opuesto con la hermandad presentada en el Antiguo Testamento entre Caín y Abel.

Benedicto XVI dijo que “mientras que la primera pareja bíblica de hermanos nos muestra el efecto del pecado, por el cual Caín mata a Abel, Pedro y Pablo, aunque humanamente muy diferentes el uno del otro, y a pesar de que no faltaron conflictos en su relación, han constituido un modo nuevo de ser hermanos, vivido según el Evangelio, un modo auténtico hecho posible por la gracia del Evangelio de Cristo que actuaba en ellos”.

¿QUIÉN FUE SAN PEDRO?

Pedro, el amigo frágil y apasionado de Jesús, fue el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia. Trasladándose de Jerusalén a Antioquía, fundó su comunidad cristiana. Posteriormente fijó su residencia en Roma. Aceptó con humildad su misión hasta su muerte como mártir. Su tumba en la Basílica de San Pedro en el Vaticano es meta de millones de peregrinos que llegan de todo el mundo.

¿QUIÉN FUE SAN PABLO?

Pablo, el perseguidor de Cristianos, era conocido como Saulo de Tarso antes de su conversión. Luego del encuentro con Cristo continuó hacia Damasco donde fue bautizado. Es reconocido como el apóstol de los gentiles, un modelo de evangelizador para todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su camino, se pasó el resto de su vida predicando el Evangelio.

FUENTE : REDACCION DEPOR


EVANGELIO MIERCOLES 29-06-2022 SAN MATEO 16, 13-18 XIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

                                        Es palabra de Dios

REFLEXION

Celebramos hoy la fiesta de San Pedro y de San Pablo. San Pedro era una persona normal, de los que hoy no saldría en televisión, un pescador de Galilea, de carácter directo, impetuoso. Vivía del trabajo de sus manos en el mar. Pero hubo algo que cambió su vida, un acontecimiento que marcó un antes y un después: el encuentro con Jesús de Nazaret. Desde el primer momento, Pedro quedó prendado, entusiasmado, cogido, seducido… por Jesús de Nazaret. Vio en él algo especial. Por eso, cuando le pidió que lo dejase todo para seguirle y le prometió que le iba a hacer pescador de hombres… Lo dejó todo y le siguió.

A su lado aprendió muchas cosas. Como resumen de todo lo que aprendió, se puede citar un conocido pasaje. Cuando Jesús habla a sus oyentes de su cuerpo como pan de vida y verdadero alimento, algunos le dieron la espalda, les pareció demasiado. Jesús se acercó a los que se quedaron con él y les dijo: “¿También vosotros queréis marcharos?”. Fue cuando Pedro, dijo: “¿Adónde iríamos?, tú solo tienes palabras de vida eterna”. Poco a poco, Pedro, en el trato y escucha de Jesús, fue cayendo en la cuenta de que Jesús no sólo era hombre sino que también era Dios. En el evangelio de hoy, ante la pregunta de Jesús: Y vosotros¿quién decís que soy yo? Pedro responde: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. San Pedro experimentó que las palabras de Jesús contienen vida, sentido, luz, y llevan a estar a gusto, a llenar el corazón, a tener esperanza.

No todo en la vida de Pedro fue un camino de rosas. Experimentó la debilidad. También Pedro fue débil. Tan débil que llegó a negar a su Maestro y Señor en el proceso seguido contra Él. Ni le conozco”. Pero Jesús resucitado salió de  nuevo a su encuentro y, en su debilidad y arrepentimiento, le acogió, le perdonó y le puso al frente de su iglesia. Solamente le pidió que no dejase de amarle: “Pero ¿me amas?”.

Quizás la frase que resume la vida de Pablo es aquella en la que confiesa: “Para mí la vida es Cristo”. Desde que Jesús salió a su encuentro cuando iba persiguiendo a sus seguidores, y le hizo caer en la cuenta de que era el Hijo de Dios y que su evangelio era la mejor noticia para todos los hombres, gastó y desgastó su vida en la predicción de Jesús y su evangelio. Su vida sin Cristo no se entiende, si la quitan a Cristo no hay vida para él.

En la fiesta de estos apóstoles nos podemos preguntar:

¿Podemos confesar con Pedro y Pablo que lo fundamental de nuestra vida ha sido y sigue siendo el encuentro con Cristo Jesús y que desde ahí vivimos todo lo demás?

¿Podemos decir que en la amistad con Jesús encontramos la fuerza y la energía suficientes para enfrentarnos a todo lo que nos sale en la vida? ¿Podemos repetir desde dentro, sintiéndolas, las afirmaciones de Pedro y Pablo: “¿A quién iríamos? Tú sólo tienes palabras de vida eterna”. “Para mí la vida es Cristo”.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

27/6/22

28 DE JUNIO : SAN IRINEO DE LYON

 





Probablemente nació por el año 125, por alguna provincia de Asia Menor. Recibió una educación muy esmerada, ya que tenía profundos conocimientos de las Sagradas Escrituras, la literatura y la filosofía. Tuvo el privilegio de estar entre algunas personas que habían conocido a los Apóstoles y a sus primeros discípulos. Entre éstos figura San Policarpo, quien ejerció una gran influencia en su vida.
 
Entre los puertos de Asia Menor y Marsella existían grandes relaciones comerciales, en estos viajes llegaban los sacerdotes y misioneros que portaban el evangelio a los galos paganos y fundaron la iglesia local. A esta iglesia llegó San Irineo para servir como sacerdote, y ahí se quedó hasta su muerte.
 
Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos, defendiendo así la fe católica de las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.
 
En el año 177 se le envió a Roma con una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa Eleuterio, por conducto de Ireneo, "la más piadosa y ortodoxa de las cartas", con una apelación al Pontífice para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo, recomendaban al portador de la misiva, como a un sacerdote "animado por un celo vehemente para dar testimonio de Cristo". Tan pronto regresó a Lyon, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Potino.
 
Escribió un tratado de cinco libros, en cuya primera parte expuso las doctrinas internas de las diversas sectas para contraponerlas después a las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras. En su método de combate, Ireneo expone la teoría "enemiga", la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica y, por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad. Ireneo estaba firmemente convencido que de que gran parte del atractivo del gnosticismo, se hallaba en el velo de misterio con que gustaba de envolverse. San Ireneo se preocupa más por convertir que por confundir, por lo tanto escribe con estudiada moderación y cortesía. Gracias a sus escritos, los gnósticos dejaron de constituir una amenaza para la Iglesia y la fe católicas.
 
El tratado contra los gnósticos ha llegado hasta nosotros completo en su versión latina y, en fechas posteriores, se descubrió la existencia de otro escrito suyo: la exposición de la predicación apostólica, traducida al armenio.
 
Se desconoce el año de su muerte. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado. Los restos mortales de San Ireneo, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan, pero más adelante se llamó de San Ireneo. Esta tumba o santuario fue destruída por los calvinistas en 1562 y , al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.

FUENTE : ACIPRENSA

EVANGELIO MARTES 28-06-2022 SAN MATEO 8, 23-27 XIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

                                 Es palabra de Dios

REFLEXION

A lo largo del capítulo 8, el evangelista narra varios milagros de Jesús y, en medio de estos relatos, habla sobre las condiciones para los que quieran seguirle. El texto de hoy, describe un momento de especial peligro que viven los discípulos, a la intemperie, en medio de una tempestad. Seguir a Jesús supone riesgo, incluso de la propia vida, supone inseguridad y se despiertan los miedos más profundos y los más naturales, la fe se tambalea y se descubre muy frágil. Lo más duro, quizás, es esa sensación de estar abandonados a nuestra suerte, hasta el mismo Maestro está dormido e indiferente a la situación tan temible.

Es muy fácil también caer en la trampa de creer que seguimos a Jesús cuando tenemos éxito, nos sentimos satisfechos y seguros por lo logrado, el buen nombre, nos respetan e incluso admiran. Nos acomodamos muy fácilmente. Pero las inclemencias y nuestros límites están ahí, e irrumpen. Y descubrimos que Jesús se nos ha dormido en el alma ¡quizás hace tanto tiempo ya, que no contábamos verdaderamente con Él!

Hay un antes y un después en este relato. En medio de esa tempestad tan tremenda, los discípulos despiertan a Jesús, él les cuestiona su miedo y poca fe, y restablece la calma en el mar. Despertar a Jesús es clave, es esencial para seguirle verdaderamente, y continuar, que vuelva a ocupar el centro de nuestro ser, de nuestra vida, de nuestras comunidades de fe, de nuestras instituciones y nuestra Iglesia. Sabemos que supone un proceso de humildad y sinceridad, que nos va a cuestionar y contrastar, que nos purificará. Pero nos abrirá a su vez a la admiración y al asombro, a redescubrirle, a ser testigos de quién es y de qué es capaz “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.

Hna. Águeda Mariño Rico O.P.
Congregación de Santo Domingo


26/6/22

EVANGELIO LUNES 27-06-2022 SAN MATEO 8, 18-22 XIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulos, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos».

                           Es palabra de Dios

REFLEXION

En este relato de Mateo, Jesús presenta y resume lo que significa el seguimiento que Él pide a sus discípulos. La radicalidad de sus exigencias no significan una forma de vida inalcanzable. Expresan la libertad de espíritu que el seguimiento y el amor conllevan para vivir con integridad el evangelio. Seguirle exige libertad frente a los condicionantes relacionales y sociales, frente a nuestros miedos y seguridades, frente a lo que nos ata y nos lleva a la mezquindad y la racanería. Jesús nos invita a coger nuestra propia cruz, a vivir abnegadamente, a poner por encima de todo el amor a los demás, a copiar su forma de amarnos hasta el final, como Él nos amó. Seguirle exige también estar por encima de las necesidades más elementales de la vida cotidiana. “Deja que los muertos entierren a los muertos”. Lo prioritario es el amor, es atender las necesidades de los hermanos y de los que están en la indigencia. Lo importante es estar volcados hacia los demás, esforzarse en construir un mundo más habitable, más justo y verdadero. La libertad a la que nos llama Jesús es aquella que Pablo nos recuerda, la libertad en el Espíritu, el amor y el servicio fraterno. La libertad y coherencia de vivir el evangelio del amor, irreconciliable con el egoísmo, el libertinaje o una vida sin ética ni religión. “Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado”. Estamos llamados a ser testigos de ese amor, a contagiar nuestra fe, la esperanza y dar frutos de amor. El mundo que Dios quiere es un mundo mejor, más humano, más evangélico. Un mundo en que como dice el Papa Francisco, quepamos todos. Donde no haya que salir a las periferias, porque todos estemos recogidos y aceptados; donde la ternura y la compasión sean la tónica y el estilo de vida de nuestra sociedad. Como creyentes esa es nuestra tarea, ¡vivámosla siempre y seamos contagiosos en nuestro amor!

¿Cómo entiendo yo la radicalidad que Jesús pide en este evangelio?

D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)

25/6/22

DOMINGO 26 DE JUNIO : DECIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





¿Pero se puede seguir a Jesucristo?

El Evangelio de hoy nos suscita esta pregunta, pero no perdamos de vista un dicho bien popular: “Querer es poder”; lo que nos lleva a reformular la pregunta: ¿Queremos en verdad seguir a Jesucristo?, que también puede inducirnos a formular un corolario: “¿Merece la pena seguir a Jesucristo? Porque si en realidad no nos merece la pena seguir a Jesucristo, tampoco valdrá la pena reflexionar sobre las condiciones de este seguimiento que el evangelista pone en boca de Jesús, y que resultan ser algunas de las expresiones más duras que aparecen atribuidas a Él. Si, como estamos acostumbrados a escuchar, todos hemos sido ya redimidos por Cristo y cabe esperar un mismo destino salvífico para todos, en verdad, que no merecerá la pena complicarnos la existencia con estas preguntas ni con la necesidad de darle una respuesta: ya está todo hecho.

Fr. Ángel Romo FraileConvento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)

EVANGELIO DOMINGO 26-06-2022 SAN LUCAS 9, 51-62 XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 




Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
–Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
–Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
–Sígueme.
El respondió:
–Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
–Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo:
–Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
–El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.

                               Es palabra de Dios

REFLEXION

 La lectura del evangelio expone una ocasión clave de la vida de Jesús. Es el momento de ir a Jerusalén; es el comienzo del “viaje hacia la ciudad Santa” que en el tercer evangelista se recarga de un sentido teológico especial, porque se intenta presentar, de la forma más efectiva, la actividad de Jesús como profeta, a la vez que el evangelista se vale de la significación de ese viaje para enseñarnos a ser discípulos de Jesús. No están claras las referencias geográficas del viaje (9,51-19,28). Nos encontramos con una insistencia clara en que Jesús se dirige a Jerusalén (9, 51-57; 10, 38; 18, 31.35; 19, 1). Estamos casi en el centro del evangelio y Lucas, a diferencia de Marcos, quiere privilegiar toda la “subida” a Jerusalén que será en realidad una “bajada” al abismo de la condena y de la muerte. El texto de hoy está formado por dos narraciones: la repulsa de Jesús en Samaría y las exigencias del discipulado. Él no hizo discípulos enseñándoles una doctrina, como los rabinos, sino enseñándoles a vivir de otra forma y manera.

 La renuncia a la violencia que propugnan los hijos del Zebedeo porque no ha sido Jesús recibido en Samaría es ya una declaración de intenciones. Lo es también que el profeta galileo vaya a Jerusalén pasando por el territorio de los herejes samaritanos para anunciarles también el mensaje del Reino. Son rechazados y Jesús cuenta con ello, pero no se le ocurre incitar a la condena y a la violencia. Éste es un aspecto determinante del “seguimiento” de Jesús según Lucas. Merecería la pena comentar este episodio como paradigma de la actitud básica de Jesús en su decisión de ir a Jerusalén.

 Por eso, inmediatamente después de la decisión de Jesús, se nos presenta el conjunto de las llamadas de Jesús a seguirle. La forma y la manera es distinta de lo que sucede entre Elías y Eliseo. Aquí es la palabra directa de Jesús, o la petición de los que quieren ser discípulos, o los que quieren informarse, como si fueran candidatos. Pero la radicalidad es la misma. Es una llamada para seguir a Jesús que ha decidido jugarse su vida como portavoz de Dios delante de los jefes y señores de este mundo que están en Jerusalén. Lucas quiere que los discípulos también tomen conciencia de lo que es este viaje, este proyecto y esta tarea. ¿Para qué seguir a Jesús? ¿Por qué romper con las ideologías familiares? ¿Por qué no mirar hacia atrás? Porque la tarea del Reino de Dios exige una mentalidad nueva, liberadora. Los seguidores de Jesús tienen que estar en camino, como Él; el camino es la vida misma desde una experiencia de fraternidad.

 Los textos del seguimiento que Lucas ha tomado del evangelio de itinerantes, probablemente galileos radicales (Q), no tienen por qué ser caracterizados como filósofos cínicos. Desde luego, Jesús no lo era, ni lo podía ser. Pero en esos dichos se refleja toda la crítica hacia las instituciones sociales y el desapego, incluso, de lazos familiares que puedan desviar la atención de las exigencias de Reino de Dios. No se trata de odio familiar, pues eso estaría contra el amor a los enemigos que Jesús defendió expresamente. Es, más bien, poner las cosas en su sitio cuando se trata de sacar adelante el proyecto de Dios, que puede no coincidir con intereses religiosos institucionales e incluso familiares. El discípulo de Jesús se abre a un horizonte nuevo, a una familia universal, a una religión de vida y no de muerte. Las palabras del seguimiento son rupturistas, pero no angustiosas; son radicales, utópicas si queremos, porque van a la raíz de la vida y porque son las que transformas nuestra vida y nuestro entorno social y religioso. Jesús quiere que le sigamos para hacer presente el reinado de Dios en este mundo. Y el Reino de Dios es lo único que puede traer la libertad a quien la anhela.

Fray Miguel de Burgos Núñez(1944-2019)

24/6/22

25 DE JUNIO : DEVOCION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA

 





La devoción al Inmaculado Corazón de María está generalizada en todo el mundo católico y se celebra al día siguiente de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

El Corazón de María es mencionado explícitamente en la Biblia, en el pasaje de la adoración de los pastores en el pesebre al Niño Dios, citado por el evangelista Lucas (2, 19), quien dice: “María guardaba todo esto en su corazón y lo tenía muy presente”, y también en Lucas (2, 51) al referirse a cuando Jesús se quedó en Jerusalén platicando con los maestros de la ley, mientras María y José lo buscaban y lo creían perdido: “su madre guardaba todo esto en su corazón”.

Durante siglos, el arte sacro, apoyado por teólogos y expertos en Biblia, ha destacado la relevancia del corazón de María. Por ejemplo, cuando el Niño Jesús fue presentado en el templo y Simeón le dijo a la Virgen que una espada traspasaría su alma (Lucas; 2, 35) lo cual fue representado con 7 puñales en el corazón de María que representan momentos de dolor y angustia.

Por todo este valor simbólico, el Inmaculado Corazón de María es una devoción que nos conduce a la vida interior de la Virgen y que abarca sus virtudes, gozos y tristezas, y que en parte se enumeran en el rezo del Santo Rosario y su letanía.

Ya desde el siglo III San Gregorio Taumaturgo, uno de los Padres de la Iglesia, mencionaba esta devoción al igual que Teodoro de Ancira en el siglo V, así como el teólogo benedictino Ruperto de Deutz, en el siglo XII.

Para el siglo XII, el sacerdote francés Juan Eudes escribió los primeros estudios teológicos sobre el Corazón de María y fundó algunas congregaciones que llevaban su nombre, pues siempre se ha dicho que e Ella es madre de la Iglesia.

San Antonio María Claret fundó en su natal España, en 1849, la Congregación Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, y la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas, y Teófilo Verbista, en 1862, en Bélgica, fundó la Congregación del Inmaculado Corazón de María.

En 1917, durante las apariciones de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcitos, Ella pidió la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón, la difusión de esta devoción, así como el rezo diario del Santo Rosario.

La mística y beata portuguesa Alejandrina de Balazar (1904-1955), entre 1936 y 1941, tuvo revelaciones privadas de Cristo en las que pedía la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, y el Papa Pío XII realizó una consagración el 31 de octubre de 1942 que fue transmitida por Radio Vaticana, y que luego fue renovada en Roma el 8 de diciembre de aquél año.

De igual modo, San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984, luego del atentado del 13 de mayo, en la plaza de San Pedro.