30/11/22

01 DE DICIEMBRE : BEATO JUAN DE VERCELLI

 




Visitó y reformó incansablemente los conventos de la Orden de Predicadores en toda Europa, sin dispensarse jamás durante sus viajes de los ayunos eclesiásticos y de los de su orden. Fue uno de los primeros propagadores de la devoción al nombre de Jesús, que el Concilio de Lyon recomendó como acto de reparación.

Presbítero, Memoria libre

Juan Garbella nació a principios del siglo XIII en Mosso Santa María, cerca de Vercelli (Piamonte, Italia). Profesor de derecho en París y Vercelli, fue atraído por la predicación del beato Jordán, entrando en la Orden en 1220. Fue fundador del convento de Vercelli y provincial de Lombardía.

Elegido sexto Maestro de la Orden en 1264, permaneció en el cargo por voluntad de los capítulos generales durante casi veinte años, siendo dechado de los frailes. Asistió al concilio de Lyon (1274); fue legado del Papa Clemente IV en Italia, Francia y Castilla y renunció al Patriarcado de Jerusalén (1278).

Consultó frecuentemente a santo Tomás. Fue predicador ferviente de la devoción al santo nombre de Jesús.Murió en Montpellier (Francia) el 30 de noviembre de 1283 y, sepultado en la iglesia de la Orden, sus restos fueron destruidos en las luchas religiosas del siglo XVI. Su culto fue confirmado en 1903.


Del Común de pastores o de religiosos.

ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que hiciste
que el beato Juan se distinguiese
por el extraordinario celo
y su admirable prudencia y fortaleza
en promover la Orden de Predicadores;
concédenos, por su intercesión,
que tus hijos sean gobernados
siempre y en todas partes con dirección eficaz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Liturgia de las Horas. Propio de la Orden de Predicadores, Roma 1988

EVANGELIO JUEVES 01-12-2022 SAN MATEO 7, 21,24-27 PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

                                        Es palabra de Dios

REFLEXION

La vida humana se puede edificar sobre roca, sobre arena, sobre humo, sobre castillos en el  aire...

Hemos construido la economía sobre la ambición de poseer, acumular, y la casa se nos hunde.

Hemos construido la vivencia de la fe sobre el yo y la casa común, la comunidad se nos hunde.

El Adviento es oportunidad para edificar nuestra vida en la escucha de la Palabra de Dios y en la puesta en práctica de la misma.

Decir Señor, Señor y no «poner en práctica» es palabrería  que se hunde en el  vacío.

Decir soy cristiano y no soy practicante es contradicción y engaño superficial.

Su Palabra puesta en práctica es el fundamento, es el cimiento, la roca firme, que consolidará  la casa en la paz, la armonía, la esperanza, la alegría, el fraterno compartir. Es Él, el Mesías que va a nacer la fuerza que nos mantendrá en pie en desánimos o dificultades Él es fuerza para vivir, ilusión para edificar convivencia, garantía de futuro salvador.

Reaviva el ánimo, hay esperanza de Salvación porque el Señor viene.

Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.
Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)

29/11/22

30 DE NOVIEMBRE : FIESTA DE SAN ANDRES, APOSTOL, PATRONO DE RUSIA Y ESCOCIA

 





Era natural de Betsaida y primero fue discípulo de Juan Bautista. Después siguió a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Estuvo presente en los momentos importantes de la revelación de su Maestro. Después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.

Apóstol, Patrono de Rusia y Escocia

Algunos datos

Como su hermano Simón, más conocido después por el sobrenombre de Pedro (Jn 1, 40), Andrés era natural del poblado de Betsaida (Jn 1, 44), situado al Norte del lago de Galilea o de Tiberíades. Eran hijos de un tal Juan o Jonás (Mt 16, 17; Jn 1, 42) que debía de dedicarse a la pesca.

Al parecer, se habían transladado a Cafarnaúm, donde era más fácil mantener algunas relaciones y hacer mejores negocios. Y seguramente estaban abiertos a todos los encuentros. Con los judíos, desde luego, pero también con los muchos extranjeros que pasaban por aquellas ciudades de la ribera occidental del lago. La familia debía de tener una cierta apertura. Como que a él le habían impuesto el nombre griego de Andrés, que significa «el varonil» o «el valiente».

Así pues, en los orígenes mismos del movimiento de Jesús nos encontramos con Andrés Bar Jona, el de Betsaida. No es mucho lo que sabemos de él, pero lo poco que sabemos es muy significativo.

Más que por su valentía, había de ser conocido por un inefable don que le fue concedido sin mérito suyo. El de la oportunidad. El de estar presente en los momentos importantes de la revelación de su Maestro. El de ser puente entre las gentes y el Mesías. Quizá porque, en el fondo de su corazón, siempre había vivido soñando y esperando un futuro rey para Israel. […]

Según los escritos apócrifos y según algunas noticias transmitidas por los primeros escritores cristianos, San Andrés habría evangelizado primero a los escitas, en la zona del mar Negro, y después en Tracia. Parece que padeció el martirio en Patrás, en la región de Acaya. Sus reliquias y su culto se difundieron desde Constantinopla hasta las islas Británicas, donde sería reconocido como patrono de Escocia.

Siguiendo la suerte de Bizancio, el año 1453 también Patrás cayó en manos de los turcos. Desesperando de una próxima reconquista, el emperador Tomás Paleólogo tomó con él la cabeza de San Andrés y la llevó a Corfú. El día 11 de abril de 1460 la sagrada reliquia llegaría a Roma, donde fue acogida en la iglesia de Santa Maria del Popolo. Dos días más tarde, el papa Pío II —el famoso Eneas Silvio Piccolomini—, en medio de una solemne y multitudinaria procesión, la trasladó a la basílica de San Pedro con la promesa de devolverla a su sede original cuando fuera posible. Como se sabe, ésa fue la razón para que en la nueva basílica de San Pedro, una de las cuatro grandes estatuas del crucero representara precisamente a San Andrés.

Un motivo para el encuentro

Era aquél un traslado provisional, debido a una situación histórica concreta. Pero la reliquia de San Andrés habría de permanecer durante más de cinco siglos cerca de los restos de su hermano Simón Pedro. En el ambiente ecuménico del Concilio Vaticano II, el papa Pablo VI quiso mostrar un gesto del máximo aprecio a los hermanos cristianos ortodoxos y eligió posiblemente el más significativo para ellos. En consecuencia, el día 23 de junio de 1964 manifestó a los cardenales su deseo de devolver a Patrás la cabeza de San Andrés, que había sido solicitada por el metropolita Constantino.

De esta forma, lo que había sido durante siglos un elemento generador de discordia se convirtiría en medio y signo de concordia. El breve apostólico, que el cardenal Bea llevó al metropolita Constantino de Patrás, termina con una hermosa plegaria en la que el papa Pablo VI expresa su anhelo por la comunión plena con los hermanos de Oriente:
«San Andrés, héroe de Cristo nuestro Dios, tú que fuiste el primer llamado por él y has llamado a Simón tu hermano; tú que, asociado a su alta misión, fuiste su compañero entre los discípulos del Maestro, su asociado en el apostolado y su competidor en el martirio, intercede para que esta noble reli-quia tuya, después de haber hallado refugio junto a la tumba de tu hermano, sea prenda y elemento de fraternidad en un mismo amor de Cristo, una misma fe en él y en la caridad mutua. Esta reliquia vuelve a su patria, donde tú has sufrido tu glorioso martirio, pero que desde ahora sea de alguna manera ciudadana de honor de la ciudad de Pedro y que un mismo amor las una.»

Pasados los años, la figura de San Andrés continúa ejerciendo su influjo apostólico sobre los seguidores del Señor. Se ha hecho habitual que el obispo de Roma felicite al patriarca de Constantinopla con motivo de la celebración del primer llamado (protoklétos) entre los apóstoles, como gustan de llamarlo los hermanos ortodoxos.

Con motivo del Jubileo del año 2000, el papa Juan Pablo II envió a su santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla, un cordial mensaje con motivo de la fiesta de San Andrés, «el primer llamado, el hermano de San Pedro, el protocorifeo, como canta la liturgia».

Después de asegurar su decisión de continuar el diálogo de la verdad y de la caridad y de recordar que ha puesto a disposición del patriarcado ecuménico la iglesia de San Teodoro, en Roma, el papa evoca la figura de San Andrés como signo y prenda del camino ecuménico:

«Ruego al apóstol San Andrés que nos ayude a avanzar por el camino de la unidad y a proseguir nuestras relaciones impregnadas de delicadeza y perdón, para que proclamemos juntos que Cristo es nuestro Salvador y Salvador del género humano»

Jose-Román Flecha Andrés

Texto tomado de: Martínez Puche, José A. (director),

EVANGELIO MIERCOLES 30-11-2022 SAN MATEO 4, 18-22 PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

 





En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

                                   Es palabra de Dios

REFLEXION

El Evangelio de hoy nos relata el encuentro de Jesús con varias personas en su contexto y quehaceres cotidianos. Jesús les invita a ser parte de su grupo más próximo: aquellos que, conviviendo con Él, se empapan de una propuesta de vida que no se limita a cambiar sus vidas, sino que los transforma en mensajeros de Dios. Un mensaje que será y es proclamado con la vida y con la palabra.

Impresiona la presentación sintética de la llamada y de la respuesta. Llamada y respuesta radical, que implican, por un lado, dejar algo importante (sus redes) y, por otro, un movimiento (seguirle). 

“Y pasando adelante vio a...”. Jesús llama a unos y a otros... llama para vivir con Él y para enviarlos a predicar el Reino de Dios. El Maestro llama a cada uno de nosotros y a muchas personas que todavía no se han encontrado con Él de forma experiencial. O que no han reconocido su voz...

Pablo nos recuerda que sólo a través del anuncio explícito de nuestra fe, de acompañar, de ofrecer tiempos y espacios de encuentro, podemos escuchar y reconocer su voz, podemos encontrarnos con Jesús. Sólo con el compromiso de quien es enviado, a toda la tierra le llega la buena noticia de Dios.

Hoy, nosotros somos sus mensajeros. La Iglesia es fiel a su identidad en la medida en que predica con el testimonio y con la palabra que Jesús es el Señor. Lancémonos en esta apasionante aventura y, la monotonía, la rutina y “las pocas ganas” desaparecen dando lugar a una vida cotidiana llena de sentido y sabor. 

Hna. Ana Belén Verísimo García OP
Dominica de la Anunciata

28/11/22

EVANGELIO MARTES 29-11-2022 SAN LUCAS 10, 21-24 PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

 





En aquella hora Jesús se llenó de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

                                                     Es palabra de Dios

REFLEXION

El Espíritu Santo se manifiesta de forma plena en las lecturas de hoy, en Isaías mencionando cuatro veces “espíritu de…”, y en el Evangelio, Jesús exulta lleno del Espíritu. Por eso a San Lucas se le llama también el evangelista del Espíritu.

Y Jesús prorrumpe, movido por el mismo Espíritu, en una oración de alabanza. ¿El motivo? Que Dios se fija en lo pequeño, en lo débil, en lo que no cuenta. ¿Hay algo más débil que un tronco viejo, o más limitado que un niño pequeño? Pues esos son los pequeños a los que Dios ha revelado las cosas del Reino. Así le ha parecido bien al Padre.

Y nosotros, sin embargo, pretendemos seguir siendo poderosos, fuertes, grandes, sabios, entendidos. No hemos comprendido aún que el Reino se manifiesta en lo pequeño, en lo humilde, en lo débil. Que Dios no necesita nuestras grandes obras para querernos, Él nos ama en medio de la imperfección, la debilidad, el pecado.

Jesús llama también dichosos a los discípulos porque han sido elegidos para ver y oír los secretos del Reino que está llegando. También esos discípulos a los que Jesús les habla aparte, somos nosotros, es todo aquel que abre su corazón a la alabanza, a la gratitud, a vivir en gratuidad, porque hemos recibido gratis un tesoro que nos salva y estamos llamados a darlo gratis, ¡por eso somos dichosos!

En este Adviento que estamos comenzando, vamos a tratar de abrir espacios a los humildes, a los pequeños, porque los engreídos, los prepotentes y orgullosos, Dios los mira de lejos. Que el Señor nos conceda la sencillez de reconocernos débiles y pequeños ante Él.

¿Dejo actuar al Espíritu en mi vida?

¿Qué actitudes descubro en mi corazón que no están llenas del Espíritu del Señor?

¿Trato de vivir mis relaciones desde la justicia y la paz?

Sor Inmaculada López Miró, OP
Monasterio Santa Mª de Gracia, Córdoba

27/11/22

EVANGELIO LUNES 28-11-2022 SAN MATEO 8, 5-11 PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

 





En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

                                                  Es palabra de Dios

REFLEXION

Cristo Jesús, llegó hasta nosotros para que depositáramos en él nuestra confianza, al asegurarnos que además de ser hombre era el Hijo de Dios. “Creed en Dios y creed también mí”. Nos dio motivos más que sobrados para que pusiéramos en él, nuestro amor y nuestra confianza y, rendidos, le hemos dicho: “Te seguiré donde quiera que vayas”. Sabiendo que siempre nos llevará por los caminos que nos harán disfrutar de “vida y vida en abundancia”.

La buena fama de Jesús, de estar siempre a favor de todo hombre, curando las heridas del cuerpo y del alma, se extendió por los lugares que recorrió. Incluso esta buena fama llegó a los que no eran sus seguidores, como es el caso del centurión romano del que nos habla el evangelio de hoy. Apoyándose en la fama de Jesús, y desde su amor por uno de sus criados “que está en cama paralítico y sufre mucho”, le pide que le cure. Y cuando Jesús está dispuesto a ir a su casa para curarlo, el centurión confiando en el poder de Jesús le dice: “Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano”. Jesús quedó admirado de la enorme fe del centurión y curó a su criado.

Nosotros sabemos que Jesús, que sigue con el poder de curar nuestras enfermedades corporales, está más dispuesto a curar nuestras enfermedades del alma, ofreciéndonos siempre su luz y su amor, para que logremos llevar una vida con sentido y esperanza. Ya sabemos lo que tenemos que hacer: acudir constantemente a él.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

26/11/22

DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE : PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

 




Así empieza la liturgia de Adviento. Un tiempo que, con su invocación ¡Ven, Señor!, acentúa el sentido de cada domingo, porque cada domingo es una celebración de la venida de Jesús, recordamos la Pascua del amor entregado de Cristo, el Señor nos invita a sentarnos a su mesa, y a la vez nos anticipa las primicias de la mesa del Reino.

«Al final de los días», dice el profeta. Esos días finales son los del Mesías, los de Jesucristo. Serán días en que Dios estará más cercano, a nuestro alcance; una luz poderosa brillará desde lo alto de un monte; la Palabra de Dios resonará en nuestros corazones; todos los pueblos escucharán mensajes de libertad y esperanza; las armas se enterrarán y la paz se impondrá progresivamente; el otro ya no será rival sino huésped, y en el rostro de todos veremos a Cristo.

Son sueños que se hicieron realidad en Jesucristo, pero seguimos soñando. Él es profecía cumplida. En Cristo el final de los días fue ayer, es hoy, será mañana. Son las tres dimensiones de la venida de Cristo que reúne el Adviento: Nos prepara para recordar el hecho histórico de su Encarnación, nos recuerda su presencia actual entre nosotros, y nos abre a la esperanza de la consumación de todo en Él.

Necesitamos recuperar la capacidad de soñar. Una característica de nuestro tiempo es el desencanto, la decepción. Muchas personas prescinden de las grandes ilusiones e ideales, y buscan su propia satisfacción y felicidad inmediata. El Adviento quiere ofrecernos motivos de esperanza. Nos recuerda que Dios es la plenitud de la Vida, que ama el mundo, que vino a él, que sigue estando presente y que vendrá. Su venida salvadora, para la que se nos invita a prepararnos, es el gran mensaje de este tiempo.

Fray José Antonio Fernández de QuevedoConvento de la Virgen del Camino (León)


EVANGELIO DOMINGO 27-11-2022 SAN MATEO 24, 37-44 PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

                               Es palabra de Dios

REFLEXION

 El evangelio del día (en el ciclo de Mateo que comienza hoy) nos ofrece un pasaje del último discurso de este evangelista, de los cinco que estructuran su obra (5-7; 10; 13; 18; 24-25), que en realidad es el equivalente de Mc 13, conocido como discurso apocalíptico. De alguna manera se quiere hacer una unión con el penúltimo domingo del año litúrgico. Y es que el Adviento parte de la experiencia de una historia gastada, agotada, y apunta a una esperanza nueva e inaudita: la esperanza de un salvador que traiga luz, justicia y paz a los hombres. Un juicio sobre nuestras acciones, un discernimiento más bien, es algo que está presente en la proclamación profética y que cobra tintes más dramáticos en los profetas de tendencia apocalíptica. Este mundo, piensan, no puede seguir así y Dios tiene que tomar las riendas de la historia humana, como en el tiempo de Noé y el diluvio. Sobre esta comparación está montada la parte del discurso que quiere trasmitir a los cristianos, en nombre de palabras de Jesús, la necesidad de la "vigilancia".

 En la prehistoria de Israel, el diluvio universal es todo un mito simbólico que prepara adecuadamente la aparición de un tiempo nuevo: la llamada de Abrahán, el padre del pueblo, el creyente que confía en Dios. Los once primeros capítulos del Génesis narran cómo la humanidad busca su identidad al margen de su creador y está a punto de perderse por la maldad y la arrogancia. Parece como si la obra que había salido de las manos de Dios hubiera perdido su sentido. Los hermanos no se respetan, se matan y la humanidad se pervierte perdiendo su chispa divina. La "historia" o narración del diluvio, no obstante, pone como símbolo un "resto" que pueda garantizar un futuro mejor. Es evidente que la historia, nuestra historia, necesita ser siempre renovada. Eso es lo que buscan los hombres de todas las religiones y tendencias. Y eso es lo que se propone también con este tipo de discurso, producto de una mentalidad apocalíptica, que no es lo más característico de Jesús, sino más bien de una comunidad, como la de Mateo, en la que permanecen muchas concepciones del judaísmo.

 Llamada, pues, a convertirse; llamada de recomenzar, porque siempre es posible "recomenzar" para el ser humano. Los animales u otros seres vivientes no pueden nunca "recomenzar", les es imposible, pero el ser humano sí. Esa es nuestra grandeza y nuestro reto. Es algo que Dios ha puesto en la entraña misma del ser humano que sacó de la nada, o de la tierra, si queremos usar el símil bíblico de Gn 2. Así sucedió en tiempos de Noé después del diluvio; así sucedió también en tiempos de Abrahán tras lo de la torre de Babel. Esto será todo lo mítico que queramos, pero es muy elocuente para desentrañar el sentido de estas palabras "escatológicas" del discurso que inaugura el Adviento. "Estad preparados", en el lenguaje apocalíptico, puede sonar a algo poco agradable; pero desde la lectura profética de la acción y las palabras de Jesús es una llamada exhortativa a vivir en concordia, en paz, en justicia. y en alegría. Es verdad que estas palabras no están presentes en esta parte del discurso mateano, pero si en el "espíritu" del Adviento. No se pueden cambiar, tienen que sonar como están escritas, pero debemos interiorizarlas con el talante de que podemos comenzar una etapa nueva, un momento nuevo, una actitud nueva. por la llegada del "Hijo del Hombre". El Hijo del hombre, en la interpretación cristiana es Jesús de Nazaret, el Señor, quien comenzó, de parte de Dios, una "historia" radicalmente nueva para que podamos vivir con dignidad en el temor o la confianza en Dios, sin miedo a ser destruidos, sino con discernimiento. Discernimiento de lo que no tiene sentido y de lo que hay que arrancar, si fuera posible de raíz; pero aún no siendo posible, siempre es maravilloso que se nos de la ocasión o la oportunidad, si queremos la terapia, para que nuestra historia personal no tenga por qué estar envejecida para siempre. Dios, el Dios de Jesús, siempre tendrá un proyecto de salvación con la humanidad.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019


25/11/22

EVAGELIO SABADO 26-11-2022 SAN LUCAS 21, 34-36 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

                                      Es palabra de Dios

REFLEXION

Ante la llegada del Día del Hijo del hombre, el evangelio nos desvela el definitivo triunfo de Jesús-Mesías para darnos esperanza, para animar nuestra vida ética.

Ante la llegada, comportamiento negativo a evitar.

Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida.

Jesús nos recuerda que esta vida tiene un aspecto pasajero. Nos urge a no ser sorprendidos cuando llegue, sin estar preparados, éste no es un tiempo para estar distraídos, centrados en nuestro yo, insensibles al sufrimiento, a la injusticia y el dolor de nuestro prójimo, que hace pesado nuestro corazón.

Ante esa llegada,comportamiento positivo a asumir

‘Velad’. Suplicad, (orad) para manteneros en pie ante el hijo del hombre

Velad, suplicad, es: Despertar en nosotros la capacidad de recibir la Salvación, obra de Dios. Vivir en oración, nos une a Dios y nos sensibiliza ante el sufrimiento y el dolor de nuestro prójimo y nos orienta a nuestra meta, que es vivir el Reino de Dios.

 Es, preparar y desear la segunda venida recordando con amor y gratitud la primera. Es ser hoy signo e instrumento de la misericordia del Padre.

La actitud del cristiano está orientada a desvelar la acción de Dios en el mundo mediante la encarnación de los valores que Cristo instauró como ley del Reino. Estar de pie, ante Cristo, es estar atentos, reconociendo el paso de Dios en medio de las tareas de la vida. 

¿Qué actitudes necesitas despertar en tu vida cristiana?

Vive despierto, esperando con alegría la llegada salvadora de Cristo.

Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.
Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)

24/11/22

25 DE NOVIEMBRE : BEATA MARGARITA DE SABOYA-ACAYA

 




Fundó en su propia casa el monasterio de santa María Magdalena para sí, y otras monjas de clausura. Logró con éxito desarrollar trabajos para restablecer la paz de la Iglesia universal, poco antes rota en el cisma de Occidente.

Princesa, viuda y religiosa

Margarita nació en la familia de los duques de Saboya-Acaya en 1382 y a los dieciséis años fue dada en matrimonio al marqués de Monferrato, Teodoro II. Habiendo escuchado la predicación de san Vicente Ferrer, ya en su vida matrimonial ansiaba la perfección y, viuda a los treinta y seis años, se retiró con algunas de sus damas a Alba (Lombardía) para en 1441 fundar en su propia casa de Alba el monasterio dominicano de clausura de Santa María Magdalena.

Imitadora de santa Catalina de Siena, cuyas cartas fueron su libro de meditación, sufrió calumnias, enfermedades y persecución, atendiendo heroicamente a los enfermos y luchando y orando por la paz y unidad de la Iglesia. Murió en Alba el 23 de noviembre de 1464 y su cuerpo se venera en la iglesia dominicana de Santa María Magdalena. Su culto fue confirmado en 1669.

Del Común de religiosas o de santas que practicaron la misericordia.

Oración colecta
Oh Dios, que enseñaste a la beata Margarita
a pasar de su casa real
al seguimiento de tu Hijo;
concédenos que, a imitación suya,
aprendamos a renunciar
a los placeres del mundo
para dedicarnos a las cosas divinas,
y a superar todas las adversidades
en el amor a su cruz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Misal. Propio Orden de Predicadores

EVANGELIO VIERNES 25-11-2022 SAN LUCAS 21, 29-33 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

                                                    Es palabra de Dios

REFLEXION

La parábola del evangelio de hoy se sitúa al final del discurso de Jesús sobre las señales del fin. La higuera que retoña nos está indicando que el verano se aproxima. Ya se está pasando el invierno de la desolación y persecución; los campos del verano ya están en mies y los árboles dan su fruto. Así también vosotros, cuando veáis éstas señales, sabed que está cerca el reino de Dios.

Y añade que los de esta generación lo verán; ya se lo anunció a Natanael en su primera llamada: “veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (Jn 1, 51).

El reino nace en el corazón que le ama, pero no es fácil identificar estas señales con el reinado de Dios porque ya  dijo Jesús a los fariseos que le pedían un signo, que no se le darían más  señal, que el signo de Jonás (c.f. Mt 12,39).

Finalmente, cuando  juzgaron a Jesús en el consejo del sanedrín éste respondió: “El Hijo del hombre estará sentado desde ahora a la derecha del poder de Dios”. (Lc 22,69). Cielo y tierra pasarán más sus palabras no pasarán.

None Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad - MM. Dominicas


23/11/22

EVANGELIO JUEVES 24-11-2022 SAN LUCAS 21, 20-28 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

                                   Es palabra de Dios

REFLEXION

En un abrir y cerrar de ojos, el mundo ha cambiado. Es como si todo hubiera ocurrido en una hora. El Apocalipsis se lee casi como un informativo sobre el fracaso de la civilización. La caída de Babilonia es una forma simbólica de describir el fin del mundo. Babilonia representa al mundo contra Dios. Los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque nadie compra sus mercaderías. Los que se enriquecieron a costa de ella, se pararán lejos a causa del temor del tormento, lamentándose. Es el reinado de la oscuridad, ya no hay luz que pueda iluminarla.

Es difícil pasar por alto los paralelos entre la crisis presente y el fin del mundo tal como lo describe Juan en este capítulo. Lo que estamos presenciando en estos momentos históricos debería recordarnos el fin. Es como el preestreno del fin. Lo que estamos experimentando ahora mismo es, a pequeña escala, la versión de los juicios que Dios derramará en los últimos días. Dios juzga continuamente al mundo pero deberíamos esperar que ese juicio vaya en aumento a medida que nos aproximamos al regreso de Cristo. Sus juicios como los dolores de parto se hacen más frecuentes, más intensos, dolorosos. 

El mensaje actual es claro. Habrá un final. Llegue antes o después, vendrá de manera inevitable. Esta catástrofe global es el presagio más duro de ese día y es una misericordiosa advertencia de Dios que llama al hombre a arrepentirse y confiar en Cristo para que se salve mientras todavía sea posible.

Probablemente el temor se apoderó de los oyentes al escuchar semejantes perspectivas de ruina y devastación en los labios de Jesús. Nosotros también podemos sentir ese temor e inseguridad. Si deseamos paz y quietud en nuestra vida, debemos confiar. La vida en esta tierra significa un tiempo de preparación, una oportunidad para conocer a Cristo, con quien esperamos pasar la eternidad. 

Jesús quiere corregirnos de ese deseo, a veces insaciable, de saber lo que vendrá y cómo será. Lo que nos enseña o nos quiere remarcar, es la actitud que tendremos que tener cuando esto pase, si nos toca vivirlo, porque además no lo sabemos. Habla de tres cosas muy concretas: ánimo, levantar la cabeza y liberación. Parece irónico que después de tanto desastre se nos invite a tener ánimo. Esta actitud sólo la puede tener aquel que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, pero al mismo tiempo los ojos y el corazón en el cielo, simbólicamente, solo el que tiene su corazón anclado en la vida que vendrá, pero con esperanza. Es el ánimo que proviene de la fe, solo el que cree puede pensar y sentir así, el que tiene la certeza de que la palabra de Dios es verdad y jamás defrauda. El ánimo en estas situaciones es de alguna manera un indicador de la fe. ¿Decimos que creemos y nos desesperamos?. Si ante la posibilidad del fin perdemos la esperanza es porque nuestras certezas están atadas con criterios demasiado humanos. Muchas veces tenemos la fe atada a un alambre. Cuando llega la prueba, ahí es donde se comprueba verdaderamente dónde está atada nuestra fe. 

Pidamos ese ánimo que nos impulsó a levantar la cabeza, un alma alegre para estar dispuestos y preparados a lo que venga, sabiendo que nada se escapa de las manos de nuestro Padre.

Fr. Martín Alexis González Gaspar O.P.
Convento de Ntro. Padre Sto. Domingo (Torrent)