16/11/22

EVANGELIO JUEVES 17-11-2022 SAN LUCAS 19, 41-44 XXXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO





 

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

                              Es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús lamenta la cerrazón de los jefes que dirigen la vida de los judíos al rechazar su mensaje concretado en el rechazo de su persona. Es curioso que este breve pasaje sea la continuación del relato de su entrada triunfal en Jerusalén, en medio del júbilo y la aclamación de la gente. El contraste es estremecedor. De la alegría y la exaltación pasamos a una escena donde Jesús llora al contemplar a la “ciudad santa”. En esa contemplación de la ciudad, donde él sabía que iba a morir, Jesús expresa su profunda tristeza ante la cerrazón de sus paisanos. Llora ante el final que le espera y llora por lo que sufrirá ese pueblo al que él ama. Él ha venido como príncipe de la paz y ellos no han sido capaces de reconocer en su venida el gesto amoroso de Dios.

Las palabras de este evangelio parecen evocar una actitud dolorosa de ese pueblo, tal como nos lo narra el mismo san Lucas en el capítulo 13,34. En ambos textos destaca la actitud de entrega de Jesús, que llega en son de paz, y la dureza de los dirigentes del pueblo que lo rechazan y persiguen.

Sus palabras siguen resonando a lo largo del tiempo. Son muchos los que siguen rechazando el mensaje de paz que él nos trae. No solo las grandes guerras, como la que vemos en Ucrania y en otros países, sino las pequeñas batallas que se dan en nuestra vida cuando el odio, el desamor, o el rencor, manifiestan no haber acogido su mensaje con generosidad. El evangelio siempre es una llamada a depurar nuestro seguimiento desde dentro de nosotros mismos donde surgen todo aquello que rompe la paz.

Orígenes tiene unas palabras que son una llamada a la reflexión: “Si, una vez instruidos sobre los misterios de la verdad, después de haber recibido la palabra del evangelio y la doctrina de la Iglesia…, alguien de entre nosotros peca, provocará lamentos y llantos, porque no se llora sobre los paganos, sino sobre aquel que después de haber formado parte de Jerusalén se ha separado de ella”.

Que la Palabra de Dios ilumine hoy todo cuanto llevemos a cabo y su fuerza nos conforte para mantener viva nuestra fe.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)