7/11/22

EVANGELIO MARTES 8-11-2022 SAN LUCAS 17, 7-10 XXXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo:
“Enseguida ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien:
“Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

                                               Es palabra de Dios

REFLEXION

Hoy Lucas nos presenta en su Evangelio una parábola que parece pertenecer a la fuente propia del autor, puesto que no aparece en Marcos ni en Lucas. El texto nos habla de la humildad, de no creernos que, por el hecho de seguir a Jesús, de estar realizando la misión que se nos encomienda, somos mejores que los demás o merecemos algún tipo de recompensa.

La parábola está compuesta por tres preguntas retóricas, la última de las cuales ofrece la conclusión. A los oyentes de este texto se les pide pasar de una situación concreta del mundo social (un amo y su esclavo), al mundo religiosos (los discípulos y Dios).

La primera pregunta nos sitúa en la escena, en casa de un pequeño agricultor que tiene un criado o siervo, que ha estado trabajando todo el día. Al finalizar su jornada y de vuelta a casa, Jesús aprovecha para preguntar a sus oyentes: ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa”? La respuesta es clara, nadie hubiera actuado de esa forma sin haber causado la hilaridad y la mofa de sus vecinos. El Señor se responde a sí mismo: es el amo quien decide que su siervo le prepare la cena, se ciña el delantal y se disponga a servirle. Solo cuando él haya satisfecho sus necesidades podrá el criado ocuparse de las suyas.

La sección termina con una nueva pregunta. ¿agradecerá el amo a su criado su trabajo? cuya respuesta es negativa, puesto que el agradecimiento no estaba contemplado en las costumbres del mundo antiguo, y el siervo solo se había limitado a cumplir órdenes y hacer su trabajo.

La conclusión de la parábola nos sitúa frente a nuestra propia realidad. Todo lo que somos y tenemos es por pura gratuidad. Dios protagonista de nuestra historia y de nuestra vida nos ha hecho el gran regalo de la fe, de conocerle, de vivir en Él, estamos al servicio de los otros. Hacer lo que teníamos que hacer sin esperar nada nos lleva a no creernos con derechos adquiridos, solo a confiar en la gracia.

Difícil enseñanza la que nos trae hoy Jesús, abajarnos no es propio de nuestra sociedad, ni de nuestro mundo, pero es una interpelación constante para poner nuestra vida en manos de Dios. ¿Nos sentimos personas agraciadas y agradecidas?

Hna. Carmen Román Martínez O.P.
Congregación de Santo Domingo