29/6/23

EVANGELIO VIERNES 30-06-2023 SAN MATEO 8, 1-4 XII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».

                         Es palabra de Dios

REFLEXION

Esta parte del Evangelio de San Mateo está especialmente dedicada a instruir a los Doce Apóstoles, pues ellos son los que tienen que predicar y proclamar el Reino de Dios. Nos enseña a descubrir la importancia de la actividad misionera en la Iglesia. Para un cristiano es fundamental querer comunicar a los hombres lo que ha transformado su vida; la fe en Jesucristo.

San Mateo presenta 10 milagros repartidos en 3 ciclos. Son las obras del Mesías. Entremezcla con ellos, enseñanzas, pequeños resúmenes de la actividad de Jesús y las primeras discusiones con los jefes de Israel.

Este apartado contiene el relato de la elección de “los Doce” y recoge las enseñanzas que Jesús les da.

Las obras del Mesías, sus milagros, revelan quién es y descubren la misión que viene a cumplir: establecer entre los hombres el Reino de los Cielos.

La intención del evangelista, al relatar estos milagros, sigue siendo enseñar quién es Jesús. El Mesías es poderoso hasta el punto de hacer milagros. La soberana autoridad del Maestro se extiende sobre la ley, la enfermedad y la muerte; el mar y los endemoniados. Nada ni nadie resiste la majestad de Cristo.

Otro detalle de la enseñanza de Mateo, es la estrecha relación que señala entre la fe y el milagro. La fe es una condición para que Jesús haga el milagro. Jesús ve en el leproso, quien no duda de la posibilidad de ser curado.

Esta condición que pone Jesús es un humilde acto de confianza en su persona. Supone renunciar a apoyarse en sus propias fuerzas; abandonarse a Jesús, en cuya palabra el enfermo cree. Y en último término, en la bondad y en el poder de Dios cuyo Reino Jesús hace presente.

Ve a presentarte al sacerdote. ¿De qué va a ser testigo este hombre curado del mal que le apartaba de la comunidad de Israel y le obligaba a vivir solo? Del poder de Jesús que libera de la enfermedad y también de su respeto a la ley. Debe constar ante los responsables del pueblo.

¿A quién o a qué he dado mi confianza?

¿En quién o en qué me apoyo?

¿Creo que el único que salva es Jesucristo?

Dña. Montserrat Palet Dalmases
Fraternidad Laical de Santo Domingo (Barcelona)