17/8/23

EVANGELIO VIERNES 18-08-2023 SAN MATEO 19, 13-15 XIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?».

Él les respondió:
« ¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

Ellos insistieron:
« ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ».

Él les contestó:
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - y se casa con otra, comete adulterio».

Los discípulos le replicaron:
«Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».

Pero él les dijo:
«No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

                                              Es palabra de Dios

REFLEXION

El evangelio de hoy es complicado de comentar para mí que no he sabido alcanzar el ideal de Jesús para el matrimonio. Se repite en mi vida, y en tantas otras vidas como la mía, la historia del pueblo elegido, la historia de dolor y la experiencia de la misericordia que es ese amor sin límite que nos prodiga el que sí permanece fiel.

Se trata de un amoroso aprendizaje, de una bendita lección que nos ayuda a conocernos y reconocernos en la imagen que nos devuelve el pulido espejo de nuestro fracaso. No nos gusta mirarnos en él, aunque lo necesitamos para transformarnos en hijos agradecidos porque nadie nos ha condenado y marchamos animosos de la experiencia gozosa del perdón.

Os invito a rezar por todos los matrimonios y parejas en dificultad, acogiendo su dolor sin juicio. Hay tantas heridas mal cicatrizadas que terminan endureciendo el corazón, transformado la historia del amor primero en historia de reproche, recelo y desconfianza. Recemos porque esta historia, aunque no nos guste, es también sagrada.

Dña. Micaela Bunes Portillo OPFraternidad Laical de Santo Domingo de Murcia