En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Es palabra del Señor
REFLEXION
Pues bien, frente a lo enumerado anteriormente como tóxico, malsano, decir que hoy se nos anuncia una Buena Noticia: el alma puede descansar y alegrarse el corazón, que es lo mismo que afirmar que la vida tiene sentido porque el sueño de Dios para ti, para cada ser humano, viene a través de la invitación a acoger un proyecto personal e intransferible. Acogerlo es el primer paso de un largo camino: en cada aquí y ahora convertir lo potencial en acto. - ¿Es posible? Preguntará a hurtadillas el fariseo -que llevamos dentro o quizá el que convive con nosotros en nuestros ambientes. - ¿Cómo vas a osar subirte al carro de lo contra-cultural-, en atreverte a disentir de las mayorías, en quedarte más solo que una seta…? La respuesta es de Perogrullo: Escuchaste una invitación hecha al corazón: Sígueme. - ¿Cómo resistirse al Maestro, al que nada se le oculta? ¿Al que tiene palabras perfectas, acabadas? Se nos invita a levantarnos de nuestras postraciones, dependencias, prosternaciones. En definitiva: llamados a romper con la dualidad que nos trae a mal traer y vivir como unidad. Comenzamos hoy el Octavario por la Unidad de los Cristianos. Unificándonos cada cual, unificaremos lo dividido. En sentido inverso, es, cerrar en falso. |