El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».
Es palabra del Señor
REFLEXION
Son otras imágenes más del Reino de Dios que Jesús nos presenta: un tesoro escondido, una magnífica perla de gran valor.
Me parece raro escuchar a Jesús alabando la conducta del “encontrador” de tesoros. Parece obvio que el tesoro encontrado no le pertenece a él, sino al dueño del terreno, así vuelve a ocultarlo y trata de comprar el campo, y esto es un fraude desde nuestras luces actuales. Pero si atendemos a la intención de Jesús dirigida a la importancia que tiene para cada uno de los seres humanos el encuentro del Reino, podremos dejar de lado esta cuestión y fijarnos en lo importante.
El Reino de Dios no tiene valor monetario, no se puede comprar o vender; solamente se puede ganar o perder. Es la búsqueda lo que Jesús, creo, está anunciando y a lo que nos invita: busquemos a Dios, hagamos posible el descubrir a Dios entre nosotros, hacerlo presente y abierto a la participación de toda la humanidad en Él. Ese, creo, es el mensaje que debemos entender.
No es fácil tampoco entender la actitud del comerciante con perlas. Le vemos vendiendo todo lo que tiene para comprar esa maravillosa perla y me surge una pregunta: ¿para qué? ¿Tal vez para negociar su venta y obtener grandes beneficios, o para disfrutar con su contemplación?
Puede que esto último sea lo que Jesús pretende que entendamos: si hemos descubierto el Reino de Dios, no necesitamos nada más. Si de alguna manera nos hemos integrado en una sociedad perfecta, imagen del Dios que la crea, no necesitaremos nada más. Eso será suficiente para que nuestras vidas tengan sentido.
¿Estaremos en camino, buscando a Dios, tratando de establecer su reino de paz, justicia y, sobre todo, AMOR, entre nosotros? ¡Ojalá lo encontremos y sepamos vivirlo!, ¡Ojalá podamos con el salmista, ensalzar al Señor postrados a sus pies, porque Él es santo! Seamos nosotros el siervo fiel que lo encuentra, lo hace presente y comparte con todos. No nos quedemos como propio lo que a todos pertenece, ¡Esto hay que compartirlo!