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EVANGELIO SABADO 06-05-2023 SAN JUAN 14, 7-14 CUARTA SEMANA DE PASCUA





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

                                       Es palabra de Dios

REFLEXION

Las palabras que Felipe dirige a Jesús, son la oportunidad para que Jesús aclare, todavía más, la realidad de su persona: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”, es su respuesta que, equivale a decir: si me conoces a mí, conocerás al Padre. Ergo, Jesús no es solo lo que están viendo sus ojos. Jesús es el rostro humano de Dios. De ahí que conocerlo a Él, es conocer a Dios, conocer al Padre. El modo de actuar de Jesús, revela el modo de actuar de Dios. Cuando vemos sus obras de amor en el evangelio estamos descubriendo que de ese mismo modo actúa Dios. Pedro, muchos más años después, lo plasmará en una frase que define perfectamente a Jesús: Alguien “que pasó haciendo el bien”. Ese es Jesús, el rostro humano de Dios.

Si hay algo que, sin duda, todo creyente espera es conocer, ver, comprender a Dios. ¡Qué bien lo expresa el salmo 41: Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Tí, Dios mío… ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

El evangelio de hoy es un buen recuerdo para acrecentar nuestro deseo de conocer más a Jesús. Un Jesús que no es otro que Dios hecho hombre.

Poder seguirlo, ser capaces de imitarlo, es una gracia de la que todos podemos sentirnos agradecidos. Para ello, confiemos de verdad puesto que Él no la niega a nadie.

Uno de los personas de Godspell, decía una vieja oración que encaja muy bien en lo vamos diciendo:  “Querido Dios, oro por tres cosas: verte más claramente, amarte más hondamente y seguirte más de cerca, día a día”. Merece la pena apropiarnos de ella.

Feliz día, en esta Pascua de resurrección de la que todavía nos llegan algunos destellos.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.

Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)