21/5/21

EVANGELIO SABADO 22-05-2021 JUAN 21, 20-25 SEPTIMA SEMANA DE PASCUA




       En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

                  Palabra del Señor


REFLEXION

 

El epílogo del Evangelio de Juan tiene que ver con la misión propia del «discípulo amado». El texto está formado por dos pequeñas unidades: la predicción sobre el futuro del discípulo amado (vv. 20-23) y la conclusión del Evangelio (vv. 24s). El redactor del evangelio en el capítulo 21 aborda el tema de la relación entre Pedro y el discípulo amado. El tono un tanto polémico de estas últimas frases reflejan de algún modo las tensiones que se vivían en las primeras comunidades cristianas. El evangelista regulariza la relación entre Pedro y el discípulo amado con una palabra de autoridad de Jesús: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?  Tú Sígueme».

En su esencia, la respuesta de Jesús a Pedro fue una solicitud a recordarse que era a Él a quien debía «Seguirlo» (21:19); el destino del discípulo amado no era asunto suyo. Mientras Pedro debe asumir una muerte violenta, el discípulo amado debía sobrevivir hasta la venida de Jesús.  El Evangelio nos muestra que lo decisivo es seguir a Jesús. El seguimiento tiene un carácter personal y no se puede transferir. Nace de un encuentro personal con Jesús y de una respuesta libre que se da, con la cual se establece una relación personal con él. Por eso, la medida del seguimiento para unos no tiene por qué ser la misma para otros. Al final estamos todos en el camino del seguimiento.

En los últimos versículos se hace una referencia a la validez del testimonio del discípulo amado que garantiza el contenido del «Cuarto Evangelio». El epílogo se concluye con unas palabras que nos quieren recordar que las obras de Jesús recogidas en este Evangelio son solo una mínima selección de todas aquellas que Él ha realizado. Pero como indica Jn 20, 31, son suficientes para ofrecer una base de fe para creer que Jesús es el Cristo, y los lectores, por medio de esta fe, sean llevados a hacer la experiencia de vida eterna manifestada en Jesús.

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com