25/2/23

DOMINGO 26 DE FEBRERO ; PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

 





La Cuaresma es uno de los tiempos litúrgicos más determinantes de la vida cristiana porque nos prepara para celebrar la Pascua, es decir, la muerte y la resurrección del Señor. Alguna vez hemos oído que se llama “cuaresma” porque recuerda un número simbólico en la Biblia, bien los cuarenta años del pueblo en el desierto antes de entrar en la tierra prometida y gustar definitivamente la liberación de Egipto; o bien los cuarenta días en que Jesús se nos presenta en el desierto preparándose, como el pueblo, para su gran misión. Por lo mismo, la Iglesia, las comunidades cristianas, se preparan, en tensión, para celebrar la fiesta central del misterio cristiano. Es uno de los tiempos más importantes de la vida cristiana, ya que la Cuaresma es una unidad con la Semana Santa, con la Pascua.

El Evangelio no invita a dejarnos conducir por el Espíritu, junto a Jesús al desierto.  En la Biblia el desierto es lugar de aridez, de exigencia, de prueba, pero es también  lugar de encuentro, donde Dios habla al corazón (Oseas 2,14), donde nace el Pueblo de Dios a una vida nueva (Ex 13,3). Desde esta perspectiva de encuentro y vida podemos mirar nuestra realidad personal, comunitaria y social.

Las lecturas de este día nos invita a valorar el proyecto de vida y amor que se manifiesta en la creación; Pablo nos recuerda que en Jesús se nos da la vida y la gracia que exige de nosotros apertura y disponibilidad; El relato de la tentaciones nos invita a afrontar con Jesús los desafíos que la vida nos pone por delante, dejándonos guiar por su Espíritu.