Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico.
Es palabra del Señor
REFLEXION
El joven del evangelio con su historia resulta una “buena noticia”, un evangelio, porque es un estímulo para seguir haciendo hasta llegar a la perfección. Se nos presenta como una persona inquieta con un corazón que aspira a más. Es joven y rico, tiene la vida por delante para poder disfrutarla. Pero se siente insatisfecho, siente que algo le falta, un vacío que debería estar lleno.
Por eso llega a Jesús con una pregunta que es la pregunta fundamental: ¿Qué debo hacer? Jesús señala en primer lugar un camino universal marcado por el Padre: los mandamientos son necesarios para entrar en la vida eterna. Cumplidos con fidelidad ellos bastan. Los mandamientos expresan la voluntad de Dios. No se puede someter a revisión la voluntad de Dios.
En segundo lugar señala Jesús otra optativa para “los que más quieran distinguirse”. El consejo pasa del “hacer” al “seguir”, y del “cumplir” al “convivir”. Jesús es camino de perfección y llama a su seguimiento. La ley fría se hace cálida amistad; los compromisos legales se transforman en exigencias de un amor preferencial.