En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Es palabra del Señor
REFLEXION
Al reflexionar sobre este pasaje el Papa Francisco nos decía: «Jesús sabe cuánto puede pesar la vida. Sabe que muchas cosas cansan al corazón: desilusiones y heridas del pasado, pesos que hay que cargar e injusticias que hay que soportar en el presente, incertidumbres y preocupaciones por el futuro.»
La iniciativa es de Jesús, él quiere cuidarnos, compartir nuestra vida. Ese encuentro íntimo nos ayuda afrontar los desafíos del presente sabiendo que Él nos acompaña en el caminar. Llevamos un “yugo” juntos que es el mandamiento del amor. Una forma de vivir la relación con Dios y con las personas.
Adviento es por tanto un tiempo propicio para renovar nuestro ser discípulos, permaneciendo unidos a la persona y el mensaje de Jesús, para seguirlo. Vivir abiertos a la vida que el Señor nos trae con creatividad y ensanchando el corazón.



