30/10/22

EVANGELIO LUNES 31-10-2022 SAN LUCAS 14, 12-14 XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús dijo a uno a de los principales fariseos que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».

                                           Es palabra de Dios

REFLEXION

Hemos podido leer y reflexionar las distintas parábolas del Reino y todas ellas insisten en la necesidad de salir de sí mismo para buscar al hermano que estaba perdido, al que no cuenta en nuestra sociedad ni en nuestra familia o “amigos”, al que “no cumple”. La búsqueda y construcción del Reino de Dios ha de hacernos salir de nuestras seguridades y animarnos a entrar en las sendas estrechas por las que Cristo sigue caminando hacia la Cruz. Nadie nos lo va a agradecer quizá. Al revés: nos criticarán y tratarán de descartarnos por ir precisamente en ayuda y defensa de quienes están en nuestros márgenes de corrección y, como dice el Evangelio, de retribución.

Y darnos cuenta de que cuando el Señor nos habla de recompensa en la “resurrección de los justos” se está refiriendo no al final de los tiempos solamente. Con la Resurrección de Cristo, somos ya “hombres resucitados” desde el bautismo: sacerdotes, profetas y reyes que formamos el Pueblo de Dios, porque nos ha elegido personalmente a cada uno no para nuestro exclusivo beneficio de felicidad sino para precisamente para invitar a los que nada tienen, pero que esperan, nos esperan.

“La Iglesia, reunión de liberados, de perdonados [...] no es una sala de espera donde están juntos quienes han recibido la entrada gratis para el cielo, sino un pueblo en camino hacia el Reino [...]

Quizás hoy la Iglesia está llamada a llevar a cabo esta tarea comprometida: hacer caminar a la gente. Pero es necesario, ante todo, que nosotros demostremos que somos capaces de caminar [...] Hemos permanecido demasiado tiempo recostados sobre las almohadas de la verdad tenida como posesión [...]

Mientras tanto el mundo camina cada día más de prisa, pero no adelanta. Porque nosotros no caminamos. [---] El Reino no se ha hecho para gente que se mantiene a la espera, sino para tipos que se han decidido a ponerse en camino”

(Alessandro Pronzato, “Cansados de no caminar”)

D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)