27/10/23

EVANGELIO SABADO 28-10-2023 SAN LUCAS 6, 12-19 XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 




 En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

                                Es palabra de Dios

REFLEXION

 En el momento de nacer, cuando nos cogen en brazos y nos llaman por nuestro nombre, en ese momento somos ya alguien especial, nos convertimos en un ser concreto, no somos uno más, ya tenemos un nombre, unos apellidos, una identidad. Puede que después de algún tiempo, por diversas razones, esa identidad cambie, cambie nuestro nombre, cambie nuestra ubicación, incluso puede cambiar el rostro de quien nos cuida, pero no cambia nuestro ser, somos nosotros, aquellos que han ido adquiriendo una identidad concreta y que se va forjando con lo de cada día.

Cuando nos sentimos identificados con algo, con nuestro nombre, con nuestra ascendencia, con nuestro lugar de origen, con una afición, con un grupo, con una comunidad… con algo concreto, eso nos mueve a ser, a actuar y a vivir de maneras concretas, no somos sólo un nombre, somos experiencias, vivencias, conocimientos, sentimientos, formas de actuar… todo nos va configurando como persona y cuando nos llaman por alguna de esas formas nuestro corazón da un salto sabiendo que de alguna manera somos llamados, hemos escuchado nuestro nombre.

Si de verdad estamos seguros de quiénes somos, hemos de sentirnos orgullosos de ser identificados con eso, no debemos avergonzarnos de profesar una fe, de seguir un ideal político, de tener unas creencias sociales, de animar a un equipo, de practicar un deporte, de vivir de forma coherente con lo que creemos y pensamos, así escucharemos nuestro nombre y seremos capaces de responder con nuestra cabeza bien alta.

¿Cuál es la base de tu vida? ¿Quieres responder a la llamada?

 Hna. Macu Becerra O.P.

Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia