19/10/23

EVANGELIO VIERNES 20-10-2023 SAN LUCAS 12, 1-7 XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO





 

En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:
«Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse.
Por eso, lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz, y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la “gehenna”. A ese tenéis que temer, os lo digo yo.
¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios.
Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros».

                                                Es palabra de Dios

REFLEXION

Los evangelios destacan en los discursos de Jesús su crítica a los fariseos, tachándolos de hipócritas. En la línea de la primera lectura, San Lucas nos habla de este grave pecado como levadura peligrosa para la vida de fe, porque, después de proclamar y explicar la Palabra en las sinagogas, la desmentían con sus obras ante Dios y los hombres. La verdadera Fe es la de quien testimonia con su vida la Gracia recibida, sin miedo a la muerte física o al qué dirán.

Jesús confía esta doctrina a sus discípulos y amigos, a los que siente unidos en la Fe y la Predicación. Y también, y muy especialmente, a los que ahora leemos esta Palabra de Vida, invitándonos a creer y esperar en que, a la hora de la Verdad, el Señor, con su Gracia, nos dará la fuerza y la convicción necesaria para testimoniar nuestra fe con obras abundantes de caridad y misericordia para con nuestros hermanos los hombres.

“ […] Si nos preguntamos por qué la hipocresía es tan abominada por Dios, la respuesta es clara. La hipocresía es mentira. Es ocultar la verdad. Además, en la hipocresía, el hombre degrada a Dios, lo pone en el segundo puesto, colocando en primer lugar a las criaturas, al público. Es como si en presencia del rey, uno le diera la espalda para dirigir su atención únicamente a los siervos. «El hombre mira la apariencia, el Señor mira el corazón» (1 Sam 16,7): cultivar la apariencia más que el corazón, significa automáticamente dar más importancia al hombre que a Dios. 

La hipocresía es, pues, esencialmente falta de fe, una forma de idolatría en cuanto que pone las criaturas en el lugar del Creador. Jesús hace derivar de ella la incapacidad de sus enemigos de creer en él: «¿Cómo podéis creer vosotros, que tomáis la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene solo de Dios?» (Jn 5,44). La hipocresía también carece de caridad hacia el prójimo, porque tiende a reducir a los otros a admiradores. No reconoce su dignidad propia, sino que los ve solo en función de la propia imagen. Números de audiencia y nada más” [...]

(Cardenal Fray Rainiero Cantalamessa, Primera Meditación de Cuaresma ante la Curia. 2019)

D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)