30/12/23

LECTURAS DEL DOMINGO 31 DE DICIEMBRE : OCTAVA DE NAVIDAD FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6.12-14

El Señor honra más al padre que a los hijosy afirma el derecho de la madre sobre ellos.Quien honra a su padre expía sus pecados,y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros.Quien honra a su padre se alegrará de sus hijosy, cuando rece, será escuchado.Quien respeta a su padre tendrá larga vida,y quien honra a su madre obedece al Señor.Hijo, cuida de tu padre en su vejezy durante su vida no le causes tristeza.Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él,y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor.Porque la compasión hacia el padre no será olvidaday te servirá para reparar tus pecados.

                     Es palabra de Dios

Salmo

Sal 127, 1-2. 3. 4-5 R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señory sigue sus caminos.Comerás del fruto de tu trabajo,serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,en medio de tu casa;tus hijos, como renuevos de olivo,alrededor de tu mesa. R/.

Esta es la bendición del hombreque teme al Señor.Que el Señor te bendiga desde Sion,que veas la prosperidad de Jerusaléntodos los días de tu vida. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21

Hermanos:Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo.

                              Es palabra de Dios


REFLEXION

Iª Lectura: Eclesiástico (3,3-7;14-17): El misterio creador de ser padres

La primera lectura de este domingo está tomada del Ben Sirá  o Eclesiástico. Tener un padre y una madre es como un tesoro, decía la sabiduría antigua, porque sin padre y sin madre no se puede ser persona. Por eso Dios, a pesar de que lo confesamos como Omnipotente y Poderoso, no se encarnó, no se acercó a nosotros  sin ser hijo de una madre. Y también aprendió a tener un padre. La familia está formada por unos padres y unos hijos y nadie está en el mundo sin ese proceso que no puede reducirse a lo biológico. No tenemos otra manera de venir al mundo, de crecer, de madurar y ello forma parte del misterio de la creación de Dios. Por eso el misterio de ser padres no puede quedar reducido solamente a lo biológico. Eso es lo más fácil, y a veces irracional, del mundo. Ser padres, porque se tienen hijos, es un misterio de vida que los creyentes sabemos que está en las manos de Dios.

Como el relato de Lucas estará centrado en la respuesta de Jesús a “las cosas de mi Padre”, se ha tenido en cuenta el elogio del padre humano de Jesús, que no es otro que José, tal como se le conocía perfectamente en Nazaret. Aunque Jesús, o Lucas más bien, ha querido decir que el “Padre” de Jesús es otro, no se quiere pasar por alto el papel del “padre humano” que tuvo Jesús en Nazaret. Incluso la arqueología nos muestra esa casa de José dónde se llevó a María; donde Jesús vivió con ellos hasta que, contando como con unos treinta años, abandonó su hogar para dedicarse a la predicación del Reino de Dios; donde posteriormente se reúne una comunidad judeo-cristiana para vivir sus experiencia religiosas.

IIª Lectura: Colosenses (3,12-21): Los valores de una familia cristiana

La lectura de este domingo es de Colosenses y está identificada en gran parte como un “código ético y doméstico”, porque nos habla del comportamiento de los cristianos entre sí, en la comunidad. Lo que se pide para la comunidad cristiana -misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia-, para los que forman el “Cuerpo de Cristo”, son valores que, sin mayor trascendencia, deben ser la constante de los que han sido llamados a ser cristianos. Son valores de una ética que tampoco se pueda decir que se quede en lo humano. No es eso lo que se puede pedir a nivel social. Aquí hay algo más que los cristianos deben saber aportar desde esa vocación radical de su vida. La misericordia no es propio de la ética humana, sino religiosa. Es posible que en algunas escuelas filosóficas se hayan pedido cosas como estas, pero el autor de Colosenses está hablando a cristianos y trata de modificar o radicalizar lo que los cristianos deben vivir entre sí; de ello se deben “revestir”.

El segundo momento es, propiamente hablando, el “código doméstico” que hoy nos resulta estrecho de miras, ya que las mujeres no pueden estar “sometidas” a sus maridos. Sus imágenes son propias de una época que actualmente se quedan muy cortas y no siempre son significativas. Todos somos iguales ante el Señor y ante todo el mundo, de esto no puede caber la menor duda. El código familiar cristiano no puede estar contra la liberación o emancipación de la mujer o de los hijos. Por ser cristianos,  no podemos construir una ética familiar que esté en contra de la dignidad humana. Pero es verdad que el código familiar cristiano debe tener un perfil que asuma los valores que se han pedido para “revestirse” y construir el  “cuerpo de Cristo”, la Iglesia. Por tanto, la misericordia, la bondad, la humildad, la mansedumbre y la paciencia, que son necesarias para toda familia, lo deben ser más para una familia que se sienta cristiana. Si los hijos deben obedecer a sus padres, tampoco es por razones irracionales, sino porque sin unos padres que amen y protejan, la vida sería muy dura para ellos.

Fray Miguel de Burgos Núñez(1944-2019)