28/4/24

EVANGELIO LUNES 29-04-2024 SAN MATEO 11, 25-30 V SEMANA DE PASCUA

 





En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

                           Es palabra del Señor

REFLEXION

¿Qué sabe el “pequeño” que no saben los “entendidos y sabios”? ¿Qué sabiduría es esa, oculta a los ojos de los eruditos y conocedores de este mundo? Su sabiduría es esta: que esta vida no es la verdadera.

¿Cómo alcanzan los pequeños este saber? ¿Qué tipo de revelación les es comunicada? Los pequeños alcanzan su saber no por estudios enjundiosos, a los que no tienen acceso, sino por la simple experiencia vital, que no le puede ser negada a ningún ser. La captación de la verdad se realiza en el mismo transcurso de la realidad vivida, y porque es experiencia vital que se padece en la carne y en el espíritu, difícil resulta de eludir,  pero también de oponerle argumentos lógicos.

Pero, en fin, ¿quién es pequeño en las categorías de este mundo? Quien no cuenta o cuenta sin más como parte de una masa indefinida y amorfa. Y porque no cuenta, nadie se preocupa por cómo le va en la vida; vida que consiste, en el mejor de los casos, en un “ir tirando”, que no es poco. Retrotraída esta condición del “ser-pequeño”al siglo I en que escribe Mateo, la misma se identifica, la mayor parte de las veces, con el pasar serias estrecheces y sufrir injusticia como experiencia vital cotidiana, cuya mejor expresión es la petición al cielo “danos hoy el pan de cada día”.

En tanto no falle la esperanza, de la vida mal vivida se extraerá, como revelación del deseo de felicidad, el ansía de una verdadera vida, pues vida que no es feliz, ¿acaso merece llamarse vida? ¿No será acaso una agonía más o menos prolongada?

Fr. Ángel Romo Fraile
La Virgen del Camino (León)