De nuevo vemos cómo el evangelio de hoy nos presenta la postura de Jesús en el punto concreto del sábado. Como sabemos la ley judía daba mucha importancia al sábado, era el día de descanso para el Señor, y muy pocas cosas se podían hacer ese día con la idea de homenajear al Señor de manera más explícita.
Para Jesús lo importante sea en sábado o en otro día de la semana es favorecer y hacer el bien a cualquier persona humana. Eso es lo que está permitido y es donde hay que poner el acento en el actuar humano. No hay nada, ni la ley del sábado, que pueda ir en contra de hacer algo que favorezca a cualquier persona humana, sea curando a enfermos, sea alimentándose de las espigas arrancadas en el campo. El sábado está para servir al hombre y no el hombre para servir al sábado.
Jesús tiene un segundo argumento para defender su postura y que emplea en el evangelio de hoy: “El Hijo del hombre es señor del sábado”. Por lo que lo nuestro es seguir a Jesús y no al sábado… seguir a Jesús, que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.