Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Es palabra del Señor
REFLEXION
Jesús y el grupo de los discípulos atraviesan los sembrados, abriéndose camino. Los fariseos acechan siempre y directamente le dicen a Jesús: Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido? Cosechar no estaba permitido. Los discípulos no están cosechando, van arrancado las espigas que impiden el paso. Quitan lo que estorbaba el paso. Los fariseos no distinguen entre ambas acciones, sino que reducen todo a “trabajar”. Una llamada de atención les hace Jesús, para que recuerden hechos acaecidos en tiempos de David: comieron de los panes presentados, reservados exclusivamente para los sacerdotes. Con esa alusión los llama a reflexionar sobre los preceptos y cómo toda la ley está al servicio del ser humano, no al contrario. Necesitamos entender que todas las acciones de Dios buscan el bien y perfeccionamiento del ser humano y en ello se pone de manifiesto la gloria de Dios. Cuando se habla del envío de su Hijo al mundo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley y que viniéramos a ser hijos por adopción, implícitamente se está indicando la interpretación deformada de la ley, al invertir los términos. No está el ser humano al servicio de la ley, sino al contrario, la ley al servicio de todo ser humano. Pero además conviene destacar la corrección que hace sobre la interpretación del sábado. “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. La razón para depurar la interpretación que se venía haciendo del sábado, era el bien del ser humano. Y puesto que ella fue dada por medio de Moisés, Jesucristo es más que Moisés. Ello se desprende de la afirmación hecha en este pasaje: “El Hijo del hombre es señor también del sábado”. La gracia y la verdad fueron dadas por Jesucristo, se nos dice en el prólogo del evangelio de San Juan. El señorío sobe el sábado revela que todo encuentra su sentido en Jesús y por medio de él alcanza su plena realización. ¿Es Jesucristo norma de nuestra vida? ¿Cómo se hace presente en la existencia individual y social de cada persona? |