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EVANGELIO VIERNES 17-01-2025 SAN MARCOS 2, 1-12 II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Cuando a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa.

Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra.

Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados te son perdonados».

Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo uno, Dios?».

Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados” o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a andar”?

Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados -dice al paralítico-:
“Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”».

Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
«Nunca hemos visto una cosa igual».

                                                Es palabra del Señor

REFLEXION

De vuelta a Cafarnaúm, ante numerosos oyentes, Jesús les proponía la Palabra. Le presentaron un paralítico. “Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: Hijo tus pecados quedan perdonados”. La reacción de unos letrados fue la de pensar que Jesús blasfemaba porque solo Dios puede perdonar los pecados y para ellos Jesús era solamente un hombre como otro cualquiera.

Jesús intentó explicarles su postura haciéndoles comprender que además de ser hombre era también Dios, el Hijo de Dios.

Igualmente Jesús, a los cristianos del siglo XXI, quiere convencernos de que también es Dios, para que todas sus palabras, todas sus indicaciones, todas sus promesas las recibamos como lo que son, venidas de Él, que es el Hijo de Dios.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)