2/8/25

EVANGELIO SABADO 02-08-2025 SAN MATEO 14, 1-12 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

                    Es palabra del Señor

REFLEXION

La escueta pero aguda narración de Mateo en el evangelio de hoy nos abre una ventana al corazón humano y sus pasiones. La víctima es el Bautista, apasionado de la Verdad y sacrificado por ella. El verdugo es un mandado sin voz ni voto. La instigadora solo pretende salvar su posición y no tiene escrúpulo en utilizar a su propia hija. La joven bailarina está demasiado entusiasmada consigo misma y, por último, Herodes es un gobernante gobernado por su propio temor.

Cada uno de ellos representa una pasión y cada uno de sus miedos convive en nuestro interior. Junto a la pasión por la Verdad que, en algunos momentos nos ha llevado a asegurar que, si fuera preciso, moriríamos por ella, es posible que habite el miedo a perder la posición alcanzada. Junto al sentido de justicia, no sería raro que encontráramos el temor al qué dirán. Y nuestro legítimo deseo de brillar, puede ser utilizado para la venganza por miedo a aquel a quien consideramos nuestro rival. En el último versículo aparece Jesús, que recibe la noticia de boca de los discípulos de Juan. Al dolor de la pérdida del Bautista se suma la inquietud por la advertencia que aquello hacía suponer.

El problema no es tener miedo, sino hacerse esclavo del mismo hasta sacrificar la Verdad o la misión. Aunque nos sintamos algo más seguros cuando hemos acabado con la amenaza, algo dentro de nosotros nos incomoda. Como Herodes, al que su propia conciencia no deja tranquilo, la culpa se convierte en el filtro con el que reinterpreta todo: «Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos». Porque la vida del cristiano es mucho más que asegurarse un puesto o defender una posición y por eso Juan prefiere perderla, que sacrificar la Verdad.

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.

Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P.
Monasterio Santo Domingo (Caleruega)

Soy misionera por naturaleza y contemplativa por vocación. Nací en Lima (Perú) ya que mis padres y hermanos habían sido enviados como familia en misión, y crecí en Madrid, donde dejé los estudios de Matemáticas para seguir mi llamada a la vida monástica. Conjugo contemplación y predicación a través de la escritura, con libros como Domingo de Guzmán. Entre el silencio y la Palabra (2021) y ¡Yo quiero! Pasión de Catalina de Siena (2025). Desde el silencio y el ritmo del monasterio intento traducir al lenguaje y circunstancias de nuestro mundo actual la riqueza de la espiritualidad cristiana y dominicana que me rodea.

31/7/25

EVANGELIO VIERNES 01-08-2025 SAN MATEO 13, 54-58 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.

La gente decía admirada.
«De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y se escandalizaban a causa de él.

Jesús les dijo:
«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».

Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.

                      Es palabra del Señor

REFLEXION

Aunque los Evangelio componen una biografía de Jesús, bien puede afirmarse que acudió con asiduidad a la sinagoga de Nazaret. Estas instituciones albergaban asambleas de judíos piadosos. Las tenían en todas las poblaciones que habitaban, no solo en Palestina, sino también en los lugares en que formaban colonias en diáspora o dispersión.

Durante años participó en las reuniones sin hacerse notar, escuchaba las lecturas de la Ley antigua, seguía las explicaciones que ofrecían los rabinos y otras personas que se sentían en grado de hacerlo, cantaba salmos e himnos tomados de los libros santos. Alguno bien pudo fijarse en su compostura, fervor y atento seguimiento. Puede recordarse que, a los doce años, se quedó en el Templo de Jerusalén: «Al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y preguntando, todos los que le oían estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas» (Lc 2, 46-47).

Comenzada la vida pública ejerció como maestro en las sinagogas. En la de Nazaret, en concreto, el antiguo discípulo llenó de asombro a sus conciudadanos. No les cuadraban dos cosas por ellos desconocidas: los milagros que obraba y la sabiduría con que hablaba. Ninguna de las dos correspondía al hijo de José el carpintero, ni al de María, su madre, ni a una persona bien identificada y conocida por su parentela.

Para realizar milagros se necesitaba un poder divino, «¿quién le daba al hijo del carpintero semejante poder? Para manifestar sabiduría, sin más, se necesitaba un aprendizaje, una asistencia a determinadas escuelas y nada de esto habían observado en Jesús de Nazaret. Además, no era cualquier sabiduría, sino la especial que salía de sus labios, «esa sabiduría», exclamaban.

El pasaje de san Mateo asegura el sentimiento de admiración, de encanto con que reaccionó semejante auditorio. No tardaron, empero, en pasarse de la maravilla al escándalo por lo que hacía y decía una persona sobradamente conocida y desconcertante. Jesús no encontró eco en los cercanos que distinguían a lo lejos hasta su timbre de voz. Lo consideraban demasiado suyo para que le dieran audiencia y acogida sin recelos.

«Vino a su casa y los suyos no lo recibieron» (Jn 1, 11). Al Profeta de los nuevos tiempos, a la persona de Jesús, a su poder y sabiduría divina, solo se llega por medio de la fe. Este don se recibe en el subsuelo de la humildad y de la confianza total en Dios. Buen modelo lo tenemos en el santo que hoy se celebra, a saber: san Alfonso Mª de Ligorio, que siguió fielmente a la persona y doctrina de Jesús Redentor.

Fray Vito T. Gómez García O.P.

Fray Vito T. Gómez García O.P.
Convento de Santo Tomás (Sevilla)

Soy fraile dominico y me he especializado en teología e historia de la Iglesia. He sido docente en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia y he impartido cursillos, ejercicios espirituales y conferencias en diferentes países de Latinoamérica, Filipinas e Italia. Durante doce años fuí postulador de las causas de canonización de la Orden de Predicadores. Aunque estoy destinado en el convento de Santo Tomás, Sevilla, actualmente presto servicio en el convento de Santo Domingo, Torrente – Valencia. He nacido en las inmediaciones de los Picos de Europa (León), y siempre me ha gustado subir montañas, especialmente en León y Cataluña.

30/7/25

EVANGELIO JUEVES 31-07-2025 SAN MATEO 13, 54-58 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Habéis entendido todo esto?»

Ellos le responden:
«Sí».

Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

                    Es palabra del Señor

REFLEXION

El evangelio de hoy nos narra tres secciones: una parábola, la conclusión del discurso parabólico de Mateo, y la firma del autor del Evangelio.

Jesús nunca define qué es el Reino, pero lo presenta con parábolas y con signos. Una parábola es una comparación a través de una narración con un fin didáctico. Se compara una realidad que no es fácil de explicar con palabras, con otra sencilla muy conocida para la gente. Generalmente, además de enseñar algo, la parábola invita a replantear una postura o una actitud.

En este caso se nos propone la parábola de la red inspirada en el hecho cotidiano y muy conocido para los oyentes de un pescador que echa la red y coge todo tipo de pescado. Sólo al llegar a la orilla hace una selección entre peces comestibles y no comestibles (cf. Lv 11,9-12).

La parábola invita a no hacer juicios precipitados ante las personas, tener paciencia incluso con aquellos no demasiado edificantes en la comunidad cristiana, pues el juicio final y definitivo está reservado exclusivamente a Dios.

La segunda parte del texto de hoy, la conclusión del discurso parabólico, está dirigida a los discípulos. Ellos en contraste con la gente, son aquellos que han comprendido las palabras de Jesús, tal vez porque su disposición interior está preparada para ello (cf.13,34-35). ¿Nosotros, discípulos de Jesús vamos abriendo nuestro corazón y nuestra mente al mensaje de Jesús para entenderlo?

Para finalizar tenemos la firma del autor del evangelio mostrando que él es un escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los cielos, y actúa como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo, es decir, su manera de redactar el evangelio es a partir del Antiguo Testamento, lo antiguo; y la reinterpretación de Jesús de la Ley de Moisés y sus nuevas enseñanzas, lo nuevo.

Hoy celebramos la fiesta de San Ignacio de Loyola que tantas aportaciones hizo a la Iglesia, entre ellas, los Ejercicios Espirituales.

Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.

Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
Congregación de Santo Domingo

29/7/25

EVANGELIO MIERCOLES 30-07-2025 SAN MATEO 13, 44-46 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».

                      Es palabra del Señor

REFLEXION

Son otras imágenes más del Reino de Dios que Jesús nos presenta: un tesoro escondido, una magnífica perla de gran valor.

Me parece raro escuchar a Jesús alabando la conducta del “encontrador” de tesoros. Parece obvio que el tesoro encontrado no le pertenece a él, sino al dueño del terreno, así vuelve a ocultarlo y trata de comprar el campo, y esto es un fraude desde nuestras luces actuales. Pero si atendemos a la intención de Jesús dirigida a la importancia que tiene para cada uno de los seres humanos el encuentro del Reino, podremos dejar de lado esta cuestión y fijarnos en lo importante.

El Reino de Dios no tiene valor monetario, no se puede comprar o vender; solamente se puede ganar o perder. Es la búsqueda lo que Jesús, creo, está anunciando y a lo que nos invita: busquemos a Dios, hagamos posible el descubrir a Dios entre nosotros, hacerlo presente y abierto a la participación de toda la humanidad en Él. Ese, creo, es el mensaje que debemos entender.

No es fácil tampoco entender la actitud del comerciante con perlas. Le vemos vendiendo todo lo que tiene para comprar esa maravillosa perla y me surge una pregunta: ¿para qué? ¿Tal vez para negociar su venta y obtener grandes beneficios, o para disfrutar con su contemplación?

Puede que esto último sea lo que Jesús pretende que entendamos: si hemos descubierto el Reino de Dios, no necesitamos nada más. Si de alguna manera nos hemos integrado en una sociedad perfecta, imagen del Dios que la crea, no necesitaremos nada más. Eso será suficiente para que nuestras vidas tengan sentido.

¿Estaremos en camino, buscando a Dios, tratando de establecer su reino de paz, justicia y, sobre todo, AMOR, entre nosotros? ¡Ojalá lo encontremos y sepamos vivirlo!, ¡Ojalá podamos con el salmista, ensalzar al Señor postrados a sus pies, porque Él es santo! Seamos nosotros el siervo fiel que lo encuentra, lo hace presente y comparte con todos. No nos quedemos como propio lo que a todos pertenece, ¡Esto hay que compartirlo!

D. Félix García O.P.

D. Félix García O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de Viveiro (Lugo)

Nací en 1946 y estudié en el Colegio Arzobispal “García Morente” de Madrid. Estuve en el Ejército y tengo estudios en Geografía en Historia y en derecho y psicología. Me he casado y tengo 4 hijos. Entro en relación con la Orden Dominica hacia 1990, colaborando en la creación del albergue para transeúntes y de la Fraternidad Seglar al abrigo del Monasterio de Monjas Contemplativas de Nuestra Señora de Valdeflores, en Viveiro. Colaboro en la edición de la hoja dominical que sale cada semana y apoyo a varios párrocos de la diócesis en charlas, celebraciones y otras actividades

28/7/25

EVANGELIO MARTES 29-07-2025 SAN JUAN 11, 19-27 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.

Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».

Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».

Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».

Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

                     Es palabra del Señor

REFLEXION

Nos encontramos con el texto previo a la resurrección de Lázaro, el encuentro entre Jesús y Marta, que acaba de perder a su hermano. Inmediatamente después se puede leer que Marta llama a su hermana María para decirle que había llegado Jesús; y entra María en acción. Que entiendo es lo que corresponde una vez que no se celebra memoria solo de Marta, sino de María y Lázaro. El entrañable diálogo entre Jesús y Marta se completa con el de Jesús con María.

Marta confiaba en Jesús, sabía que a través de él obraba Dios y por ello podía haber evitado la muerte de su tan querido hermano, si se hubiera hecho presente antes. Pero aún ahora, muerto y enterrado Lázaro, puede actuar. Lo que dice motiva la presentación de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, y el que vive y cree en mí no morirá para siempre”. De donde surge la pregunta “¿crees esto?”; y la profesión de fe: “sí Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. Profesión de fe perfecta, propia de los relatos elaborados de Juan.

Llamada María, ella hará también su clara profesión de fe entre lágrimas, que ”conmovieron” a Jesús, que compartió sus lágrimas con las de ella: “Señor si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. En el encuentro con María el relato muestra el corazón a flor de piel, el de ella y el de Jesús: Los judíos decían, de Jesús refiriéndose a Lázaro: “cómo lo quería”. Y desde el corazón, desde el amor, viene la vida, surge el milagro.

Marta, María son iconos de la fuerza de la fe y del amor, unidos de modo inseparable, que desemboca en la confianza que ambas tienen en Jesús.

La confianza es fe y esperanza entrelazadas por el amor. Bien está que analicemos en quién ponemos nuestra confianza, y en la fuerza de esa confianza.

Fray Juan José de León Lastra O.P.

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

Soy un sacerdote dominico nacido en Quirós, Asturias. Después de mi paso por la escuela apostólica de Corias continué el proceso de formación institucional hasta el año 1960. Durante veintiocho años he estado dedicado a la enseñanza media en colegios de la Orden. Fui elegido prior provincial de la provincia de España y luego asistente del Maestro de la Orden para España, Portugal e Italia. Después he sido profesor de Antropología, Hecho religioso y Teología espiritual en Santo Domingo (Rep. dominicana) y profesor en las Escuelas de Teología de San Esteban, y Fray Bartolomé de las Casas de Madrid-Atocha. Ahora soy profesor en la Escuela de Teología por Internet, ETI. Amo la montaña y disfruto con la lectura de escritores consagrados.

27/7/25

EVANGELIO LUNES 28-07-2025 SAN MATEO 13, 31-35 XVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».

Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

                               Es palabra del Señor

REFLEXION

En el evangelio de hoy Jesús utiliza dos semejanzas para evocar y explicar la dinámica del Reino de Dios: la semilla de mostaza y la levadura. Ambas nos recuerdan que Dios actúa desde lo pequeño, lo débil y cotidiano. La vida y la enseñanza de Jesús se guiaron por esta manera de concebir la acción de Dios. Esto implica una nueva forma de pararnos frente a la realidad.

En su viaje apostólico a Marruecos el Papa Francisco decía: «Creo que la preocupación surge cuando a nosotros, cristianos, nos abruma pensar que solo podemos ser significativos si somos la masa y si ocupamos todos los espacios. Sabéis bien que la vida se juega en la capacidad que tengamos de “ser fermento” allí donde nos encontremos y con quien nos encontremos… En estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Por tanto, es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas.» De esta manera superamos cualquier deseo de grandeza y nos abrimos a acoger la vida de las personas.

Estas parábolas nos invitan a la confianza, porque Dios está siempre presente y actúa en medio de la historia humana. Él está allí, actuando, tiene la fuerza de la semilla que crece y la potencialidad de la levadura que fermenta. De alguna manera Jesús quiere que recordemos que la acogida y el alimento deben ser notas características de la comunidad cristiana.

Jesús Peláez lo expresaba diciendo: «Construir el reino de Dios aquí en la tierra o, lo que es igual, hacer nacer una sociedad alternativa, sin excluidos, sigue siendo hoy -y tal vez hoy más que nunca- el gran reto de los seguidores de Jesús. Por esta tarea tal vez valga la pena "perder la vida" como camino para encontrar "la vida definitiva".»

Que como Jesús propaguemos el Reino con nuestra forma de vivir, de amar, de trabajar, de disfrutar, de luchar y de ser. 

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)

26/7/25

DOMINGO 27 DE JULIO : XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





El tema principal de este día es la oración. Existen libros, escritos, modelos… sobre la oración; y ya desde ahora pienso que el mejor tratado es hacerla… Las sugerencias son experiencias habidas y subrayadas para el caso. 

Vamos a ver que tanto en el A.T. como en el N.T. el tema no se hace esperar de los mil modos según las circunstancias. Podemos afirmar que el ser humano por haber  sido creado “a imagen y semejanza de Dios” no desarrolla su naturaleza si no abre su comunicación con Él. A eso lo podríamos llamar oración; conjunto de palabras (mentales o escritas) con sentido comunicativo. Todas las religiones tienen sus catálogos de oración; los mismos científicos también, aunque los llamen de otra manera: A. Einstein decía “no soy ateo, vivo la religiosidad desde el plano filosófico, es decir “sentido religioso cósmico”.

Dicho así es grave no hacerlo; hay quien dice y explica que los desastres que se viven ahora en el mundo se debe a ésa ausencia. Las causas son de variada locura… Que por ello no olvidemos la oración a buenos niveles.

En la Iglesia Católica (y otras) nuestro compendio es la Sagrada Escritura (La Biblia). Se trata de la recopilación de textos aparecidos a lo largo de la historia hasta la aparición de Nuestro Señor Jesucristo y nacimiento de la Iglesia. La Liturgia nos ha reservado para este día el texto del Génesis, el Salmo 137, la carta a los Colosenses y el Evangelio de San Lucas. Selección de textos que hacen referencia a la oración.

Conviene pensar que los textos (lo que se dice, cómo se dice y quién lo dice) se proclaman como motivación para celebrar que se dicen para nosotros y que todos les damos un lugar en nuestra conciencia. NO olvidemos: “es una celebración…”

Luego proclamaremos los textos del día, de todas formas adelantamos otro texto de Jesús: “Cuando oréis, no hagáis como los hipócritas, que gusta s rezar de pié en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a orar, entre en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que piensan que a fuerza de palabras serán escuchados. No los imitéis, pues  vuestro Padre sabe lo que necesitéis antes de se lo pidáis. Mt. 6, 5-8)

Fray Francisco Mª. García O.P.

Fray Francisco Mª. García O.P.
Casa de Ntra. Sra. de Montesclaros

LECTURAS DEL DOMINGO 27-07-2025 XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis 18, 20-32

En aquellos días, el Señor dijo:
«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».

Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.

Abrahán se acercó y le dijo:
«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».

El Señor contestó:
«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».

Abrahán respondió:
«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».

Respondió el Señor:
«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».

Abrahán insistió:
«Quizá no se encuentren más que cuarenta».

Él dijo:
«En atención a los cuarenta, no lo haré».

Abrahán siguió hablando:
«Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».

Él contestó:
«No lo haré, si encuentro allí treinta».

Insistió Abrahán:
«Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».

Respondió el Señor:
«En atención a los veinte, no la destruiré».

Abrahán continuó:
«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».

Contestó el Señor:
«En atención a los diez, no la destruiré».

                             Es palabra del Señor

Salmo

Salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8 R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;
extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 2, 12-14

Hermanos:

Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos.

Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él.

Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz.

                     Es palabra del Señor

REFLEXION

 La primera lectura de este domingo es la continuación del anterior. Se trata del célebre relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra, las ciudades con fama de depravadas en el valle del Siddim, en el sur del Mar Muerto. Es un relato que se ha prestado a todo tipo de hipótesis arqueológicas en torno a esa depresión del valle del Jordán, que es uno de los fenómenos más originales de la naturaleza, a 400 metros bajo el nivel del Mediterráneo. La Biblia lo llama el yâm hammélah (mar de la Sal), y popularmente se le conoce por Muerto, desde el tiempo de los griegos, porque no hay vida, debido a la gran densidad de sal.

 Todo esto explica la leyenda de este lugar, de la estatua de sal de la mujer de Lot y otros pormenores. Probablemente es una leyenda para explicar lo terrible de la vida allí, aunque la industria de todos los tiempos ha logrado del asfalto y otros minerales sus beneficios. Pero la lectura de hoy viene para poner de manifiesto la intercesión de Abrahán a Dios por los justos, por sus familiares. Es una explicación de cómo el hombre de todos los tiempos, y muy especialmente el de la antigüedad recurre a lo divino frente a las leyes de la naturaleza que se presenta tan atroz en momentos determinados.

IIª Lectura: Colosenses (2,12-14): El bautismo: sumergirse en la vida de Cristo

La carta a los Colosenses prosigue con su mensaje. En este caso es un texto bautismal, una pequeña catequesis sobre el bautismo cristiano, sobre el efecto de este sacramento: nos incorpora al misterio de Cristo, a su muerte y resurrección. Es un mensaje que se parece mucho al de Rom 6. Dios nos da la vida en Cristo y esto se expresa en la mediante el bautismo.


Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

EVANGELIO DOMINGO 27-07-2025 SAN LUCAS 11, 1-13 XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo:
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».

Y les dijo:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:

“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:

“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.

¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».

                              Es palabra del Señor

REFLEXION

 El evangelio de Lucas nos ofrece hoy uno de los pasajes más bellos y entrañables de ese caminar con Jesús y de la actitud del discipulado cristiano. En Lucas, el Padrenuestro se halla dentro del marco de un catecismo sobre la oración (11, 1-13). Está dividido en cuatro partes y abarca: la petición «¡Enséñanos a orar!», juntamente con el Padrenuestro (11, 1-4); la parábola del amigo que viene a pedir, y que Lucas entiende como exhortación a ser constantes en la oración (11, 5-8); una invitación a orar (11,9s) y la imagen del padre generoso, que es una invitación a tener confianza en que se nos va a escuchar (11,11-13). Ya sabemos que el Padrenuestro está en Mateo (6,9-13) y que se ha tomado, en ambos casos, de la fuente de los profetas itinerantes de Galilea que conservaron los dichos de Jesús (fuente o evangelio Q). Pero esta catequesis de la oración, tal como la tenemos en el conjunto, se la debemos a Lucas que es el evangelista que más ha valorado este aspecto de la religión e identidad cristiana.

 Cuando Jesús está orando, los discípulos quieren aprender. Sienten que Jesús se transforma. Jesús, en el evangelio de Lucas, ora muy frecuentemente. No se trata simplemente de un arma secreta de Jesús, sino de una necesidad que tiene como hombre de estar en contacto muy personal con Dios, con Dios como Padre. Todos conocemos cuál es la oración de Jesús, y cómo esa oración no se la guarda para sí, sino que la comunica a los suyos. Por lo mismo, la predicación de Jesús ha de revelar el sentido del Padrenuestro. Este es el primer fundamento en que se basa la explicación que se ha de dar. Sólo el que vive en el Espíritu de Jesús, quiere decir Lucas, sabrá rezar el Padrenuestro con el espíritu de Jesús. Y sólo sabrá rezarlo quien sepa escuchar primeramente la predicación de Jesús.

 Debemos notar que el Padre es "la oración específica del discípulo de Jesús", ya que Lucas nos dice con claridad que los discípulos se lo han pedido y él les ha enseñado. Y los discípulos se lo pidieron para que ellos también tuvieran una oración que los identificara ante los demás grupos religiosos que existían. En consecuencia es una oración destinada para aquellos que "buscaron" el Reino de Dios, con plena entrega de vida; para aquellos que convirtieron el Reino de Dios en el contenido exclusivo de su vida. Pues cuando Jesús nos enseña cómo y qué es lo que hemos de orar, entonces nos está enseñando implícitamente cómo deberíamos ser y vivir, para poder orar de esta manera.

 No podemos entrar en los pormenores exegéticos del Padrenuestro que ha logrado el consenso de muchas lecturas distintas, diferentes, originales, extraordinarias. No es que Jesús inventara la invocación de Dios como "Padre"… pero es quien la pone sobre la mesa de la experiencia religiosa de su tiempo, con sentido de reto, de cómo debemos entender a Dios y de cómo debemos relacionarnos con Él. Las diferencias entre Mateo y Lucas inclinan la balanza a un texto más primitivo en el caso de nuestra lectura de hoy: corta, directa, menos estructurada, pero más intimista y radical; quizás más cercana a la experiencia de Jesús tal como se la escucharon sus discípulos.

 ¿Qué significa Padre (Abba)? No es un nombre de tantos para designar a Dios, como ocurría en las plegarias judías. Lo de Lucas, pues, no es más que el original arameo de la invocación de Jesús. Y era la expresión de los niños pequeños, con la significación genuina de "Padre querido". Así, pues, Jesús habla con Dios en una atmósfera de intimidad verdaderamente desacostumbrada. Y enseña a sus discípulos a hacer otro tanto. Toda la predicación de Jesús está confirmando esto mismo. Jesús, con palabras estimulantes, alienta a que los discípulos estén persuadidos previamente en la oración de una confianza sin límites. No se trata, pues, de un título más, frío o calculado, sino de la primera de las actitudes de la oración cristiana. Si no tenemos a Dios en nuestras manos, en nuestros brazos, como un padre o una madre, tienen a su pequeño, no entenderemos para qué vale orar a Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)