16/12/25

EVANGELIO MIERCOLES 17-12-2025 SAN MATEO 1, 1-17 TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

 





Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce.

                             Es palabra del Señor

REFLEXION

Pudiera pensarse que el pasaje del evangelio de Mateo que hemos escuchado no pasara de ser una lección genealógica, tan de moda en nuestros días, pero que se queda ahí. Y nada más lejos de la realidad. Mateo nos remonta a Abrahán, y con ello enlaza con la promesa hecha a los padres. La descendencia en quien se cumple la promesa es Jesús y éste íntimamente conectado con la realidad de los descendientes, es decir, con el género humano lleno de luces y de sombras, necesitado de ser plenamente iluminado.

Por esto se van señalando las generaciones. Un listado que encierra pecadores y extranjeros. Y con ello se nos recuerda que Dios no hace acepción de personas, porque a todos ama y con todos cuenta porque a todos ofrece la salvación. Judá, de su nuera Tamar engendra a Farés y Zará. Una unión ilegítima. El, la tomó por una ramera y cuando le comunican que está encinta, la condena. La prenda entregada en aquella relación, pone ante sus ojos lo ocurrido: él no ha cumplido la palabra dada. En la genealogía de Jesucristo, Farés es uno de los ascendientes.

Los extranjeros también lo están. Booz de Rut la moabita, engendra a Obed. Dios por boca de los profetas señala que se hará un pueblo conformado por todas las naciones. Él ha querido adentrarse en la historia de la humanidad así. En Él todos encontramos nuestro lugar y nadie puede ni debe ser preterido.

Y siguiendo el hilo genealógico de Jesucristo, cuando se llega a José, la línea se quiebra, para dar el salto: “José, El esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”. De todos se viene señalando “engendró” y así la sucesión genealógica no se interrumpe. La legalidad se mantiene. El detalle tiene importancia, porque se trata del Verbo eterno del Padre, la segunda Persona de la Trinidad Santa, de la misma naturaleza del Padre, Hijo de Dios y de María Virgen. Concebido virginalmente por obra del Espíritu Santo. Es la novedad total.

Es el señalado por Jacob cuando bendice a Judá. Aquel que había de venir. Y viene él mismo a pastorear a sus ovejas. Y lo hace asumiendo la naturaleza humana de María, el que a ella la ha santificado por los méritos de su amorosa pasión.  Y así Dios nos sorprende con sus actuaciones en la historia. En nuestra historia.

¿Gozamos celebrando su primera venida?

¿Aguardamos y preparamos su retorno al final de los tiempos?

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)

Soy fraile dominico, nacido en Almería en 1950. Tras graduarme como Delineante Industrial, ingresé en la Orden de Predicadores en 1967 y fui ordenado sacerdote en 1974. He desarrollado mi labor pastoral y formativa en España y Venezuela, como maestro de novicios, prior en varias comunidades, profesor de teología y director espiritual. También he trabajado en la Pastoral Familiar y acompañado a jóvenes y laicos dominicanos. Actualmente soy párroco en Santa Escolástica de Granada. Me apasiona la investigación histórica, he participado en congresos y publicado varios trabajos y formo parte del Instituto de Estudios Almerienses.