15/3/22

EVANGELIO MIERCOLES 16-03-2022 SAN MATEO 20, 17-28 II SEMANA DE CUARESMA

 




En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

                       Es palabra del Señor

REFLEXION

Lo hemos ido tantas veces, que ya no nos sorprende. De no conocer el relato de este evangelio, de la muerte y resurrección de Jesús, nuestra sorpresa sería monumental. ¿Por qué condenan a muerte a Jesús? Sus palabras, su vida ¿incitan al odio, a la subversión, a la injusticia, al enfrentamiento de unos contra otros, a la guerra? Cómo es posible que el mismísimo Hijo de Dios, el que nos ha demostrado un amor claro y rotundo, el que, despojándose de su condición divina, se ha llegado hasta nosotros buscando siempre servirnos y no ser servido, ofreciéndonos la mejor noticia para los hombres, la noticia de cómo vivir nuestra vida para disfrutar de la chispa de felicidad que nos es dado en esta tierra y la felicidad total después de nuestra muerte… cómo es posible que los hombres, las autoridades de entonces, lograran matarle colgándole de una cruz como un malhechor? Es verdad que en nuestro tiempo recibimos casi todos los días noticias raras, como que un muchacho de quince año mata a sus padres y a un hermano de diez años, y no nos cabe en la cabeza y nos estremecemos de arriba a abajo… pero ¿cómo reaccionamos ante la noticia más sorprendente y estremecedora que se ha producido en la humanidad, la noticia de la muerte de Dios, del Hijo de Dios, el que vino a mostradnos su gran amor y su mensaje luminoso, por parte de los hombres?

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)