24/3/22

EVANGELIO VIERNES 25-03-2022 SAN LUCAS 1, 26-38 III SEMANA DE CUARESMA

 





Seis meses después, Dios envió al ángel Gabriel a la ciudad galilea de Nazaret para ver a María, una virgen que estaba comprometida con José, un hombre que era descendiente de David. El ángel entró en donde ella estaba y le dijo: «¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.» Cuando ella escuchó estas palabras, se sorprendió y se preguntaba qué clase de saludo era ese. El ángel le dijo: «María, no temas. Dios te ha concedido su gracia. Vas a quedar encinta, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS. Este será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Pero María le dijo al ángel: «¿Y esto cómo va a suceder? ¡Nunca he estado con un hombre!» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Elizabet, la que llamaban estéril, ha concebido un hijo en su vejez, y ya está en su sexto mes de embarazo. ¡Para Dios no hay nada imposible!» María dijo entonces: «Yo soy la sierva del Señor. ¡Cúmplase en mí lo que has dicho!» Y el ángel se fue de su presencia. 
                                 Es palabra del Señor
REFLEXION

La fiesta que celebramos hoy, tiene que producir en nosotros una inmensa alegría, porque celebramos el Sí definitivo, “amén y conclusión de nuestra fe”, un sí que cambió el rumbo de la historia, de nuestra historia personal. Celebramos una respuesta plena y consciente a la llamada de Dios.

 Es precioso ver cómo Dios no irrumpe en la vida de María de forma estruendosa ni por medio de la imposición. El Señor envía su ángel, allí donde vive María. Nos dice el evangelista, que el ángel entró en la presencia de María, es decir, Dios actúa en lo más profundo de su ser, no entra con grandes muestras de esplendor, entra en el silencio del corazón de María, y la primera palabra del ángel es: “¡Alégrate!” Porque la intervención de Dios en la historia personal de cada uno sólo puede producir alegría.

Tantas veces tememos que Dios actúe en nuestra vida, tenemos miedo de que nos transforme o de que nos exija demasiado, miedo a perder las seguridades terrenas, nos olvidamos de esta palabra del ángel Gabriel: “¡Alégrate!”. Hoy Dios te dice: “¡Alégrate! Porque vengo a hacer algo nuevo y sorprendente en tu vida”.

La siguiente palabra a resaltar es: “No temas, María”. Dios conoce lo más profundo del corazón humano, y Él sabe que tememos a lo desconocido, a poner nuestra vida en manos de Otro, a dejarnos llevar. Lo que el ángel dice a María: “No temas”, también nos lo dice hoy a nosotros. “No temas, porque has hallado gracia ante Dios”. Cuando Dios nos llama a realizar su misión en el mundo, lo primero que sentimos es miedo ante la incertidumbre, ¿Cómo responderemos? ¿Y si fallamos? Sólo recuerda: “Has hallado gracia ante Dios”.

Hoy, esta solemnidad de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María, nos llama a esto, a dar nuestro “sí” sin miedo, a dejarnos sorprender por las maravillas de Dios, a dejar que el misterio de Dios cambie el rumbo de nuestra historia. Si sientes temor ante la llamada, mira a María, ella es el testimonio de una confianza puesta totalmente en Dios. Ella no sabía todo lo que le esperaba tras ese “Sí”, sin embargo, creyó. Gracias a este Sí, hoy experimentamos la Redención de Señor en nuestras vidas, tal como nos dice San Agustín hablando del nacimiento de Jesucristo: “Nunca hubieras vuelto a la vida, si Él no hubiera venido al encuentro de tu muerte. Te hubieras derrumbado, si Él no te hubiera ayudado. Hubieras perecido, si Él no hubiera venido”.

Sor Mihaela María Rodríguez Vera O.P.
Monasterio de Santa Ana de Murcia