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EVANGELIO VIERNES 04-03-2022 SAN MATEO 9, 14-15 VIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

                                                 Es palabra del Señor

REFLEXION

En el Evangelio de hoy nos encontramos con dos actitudes frente al ayuno. Por una parte, están los discípulos de Juan Bautista, que a pesar de que su maestro llamó raza de víboras a los fariseos, se unen a ellos para preguntar a Jesús, con cierto tono de acusación, por qué sus discípulos no ayunan. Tanto los discípulos de Juan como los fariseos están aferrados a las leyes hebreas, a las viejas normativas, para ellos el ayuno es señal de dolor y penitencia.

Este adherirse a las normas les impide reconocer la llegada del Mesías, y por tanto, de ver que ya está instaurado el Reino de Dios. Jesús se lo explica con la imagen de una boda, Él mismo se revela como el Esposo. Por tanto, no es momento de luto ni llanto, sino tiempo de alegría.

Y por otra parte vemos la actitud de los discípulos de Jesús que no ayunan, porque ellos ya han descubierto que Jesús es el Mesías, que ha venido a liberarnos de nuestros pecados y traernos la salvación. Por eso para ellos no es momento de penitencia corporal como el ayuno, sino más bien están abiertos a la palabra y a la gracia del Salvador.

Nuestra vida cristiana debe estar teñida de alegría, como lo estaba la de los discípulos de Jesús, porque estamos con el Novio, el único que nos saca de nuestras esclavitudes, el que nos trae una Paz verdadera y nos hace vivir con libertad.

En esta Cuaresma no seamos como los discípulos de Juan que, anclados en su legalismo, perdieron la oportunidad de estar con el Novio y experimentar la auténtica alegría.

Que nuestro ayuno sea un medio para poder desprendernos de las satisfacciones terrenales y nos ayude a tener el corazón más libre para amar más a Dios y a nuestros hermanos.

None MM. Dominicas
Monasterio de Santa Ana (Murcia)