12/3/23

EVANGELIO LUNES 13-03-2023 SAN LUCAS 4, 24-30 TERCERA SEMANA DE CUARESMA

 





Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

                                         Es palabra de Dios

REFLEXION

A veces, cuando predicamos a Jesús y su evangelio, y vemos que no llega a mucha gente, pensamos que cuando Jesús, el mejor predicador de todos los tiempos, predicaba siempre era bien escuchado y aceptado.

Es verdad que con frecuencia multitud de personas acudía a escuchar a Jesús, pero el evangelio de hoy también nos recuerda que no siempre fue así. Nos lo presenta predicando en la sinagoga… y les recuerda que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Su predicación no gustó a sus oyentes, de tal manera que trataron de llevarle a un barranco que estaba fuera del pueblo con intención de despeñarlo. “Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”. Aunque sabemos que en un momento dado de su vida no logró alejarse de sus perseguidores, que le clavaron en lo alto de una cruz. Pero al tercer día resucitó.

Pensando en nosotros, seguidores y predicadores de Jesús en el siglo XXI, no podemos olvidar que “nunca el discípulo va a ser mayor que su Maestro”. Y también nosotros nos encontramos con gente que escucha nuestra predicación del evangelio de Jesús y otros  que no quieren ni oír hablar de él. Le han apartado de sus vidas. Le han matado.

Lo mismo que Jesús, debemos seguir predicando y viviendo su buena noticia, como la mejor manera de vivir la vida humana. Pase lo que pase, Él permanecerá con nosotros y siempre nos espera la resurrección a una vida de total felicidad.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)