13/1/23

EVANGELIO SABADO 14- 01-2023 SAN MARCOS 2, 13-17 PRIMERA SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

                                                                  Es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús llama a Levi, que estaba centrado en su ocupación, la cobranza de los impuestos, invitándolo a seguirle. Irse con él es aceptar la transformación que ocurre en quien responde con un sí. Ha escuchado y se aventura con él. Un encuentro y comunión integrador. Incorporado al grupo en torno a la mesa, muchos publicanos y pecadores se sientan con ellos a la misma mesa. Lo que Jesús ha hecho se convierte en norma. Es el espíritu de la ley. Los pequeños, los marginados, los señalados como pecadores, entienden el alcance de lo que Jesús realiza y se abren a la experiencia de esta Palabra que comunica el Espíritu y da vida.

San Juan en el prólogo de su evangelio indicará la necesidad de pasar de la ley dada por medio de Moisés, a la “gracia y la verdad” que han sido dadas por medio de Jesucristo. Esto es lo que se escapa a la mirada de los apegados a la letra de la ley. Una comprensión petrificada de la ley, que no es capaz ya de dinamizar al que la cumple yendo más allá de los enunciados.

Bajo la guía del Espíritu se va comprendiendo la profunda regeneración del ser humano al entrar en comunión con Jesucristo, la Palabra eterna salida de la boca del Padre. Y la comprensión no se queda solamente en la racionalidad, sino que penetra en la existencia misma, para generar un modo de pensar, sentir y actuar en todo conforme con Jesucristo.

No necesitan del médico los sanos, sino los enfermos

Y frente a la incomprensión de los seguidores de la ley, la respuesta de Jesús clarifica la misma ley. Pues la cercanía de Dios busca la sanación del ser humano, sin hacer distinciones y, desde luego, rechazando el rigorismo y la falta de misericordia. Sale al paso de una falsa espiritualidad, que nada tiene que ver con lo repetido en la antífona del salmo: “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.”

Cabe preguntarse, por tanto, ¿cómo ilumina nuestra realidad esta palabra que hoy se nos ofrece? ¿Cómo reaccionamos ante las actuaciones de Dios en nuestros días y en nuestra vida?

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)