Es palabra de Dios
REFLEXION
El evangelio de hoy nos presenta el comienzo de la predicación de Jesús en Galilea. Él ya no está en Nazaret, donde se había criado, sino que se instala en Cafarnaún, ciudad de Galilea. Comienza una nueva etapa, presidida por el anuncio de la llegada del reino de los cielos o reino de Dios, que se va haciendo presente en las palabras y en las obras de Jesús.
La misión de Jesús se resume, a lo largo de este evangelio, en tres cosas: proclamar el reino, enseñar y curar. Es decir, Jesús va a transmitirnos la buena noticia de que el reino o reinado de Dios está cerca, va a enseñarnos a vivir de acuerdo con esa perspectiva y va a sanar con ello muchas de nuestras dolencias.
Unas dolencias que nos aquejan no tanto por falta de salud o por carencias materiales, sino por razones más profundas: pérdida del sentido de la vida, incertidumbre sobre el futuro, creciente inseguridad social, etc. Todo eso oscurece nuestra vida, llena de sombras nuestro porvenir.
¿Podrá el Dios que viene hacia nosotros hacer que se ilumine esta oscuridad? Esa venida nos promete un renacer de nuestra esperanza, una confianza incondicional en la misericordia de Dios, que es Padre nuestro. Él nos ha enviado a su Hijo como luz del mundo. Y dice el Evangelio que a Jesús le seguían multitudes venidas de todas partes.
¿Descubrimos nosotros en sus palabras lo que descubrieron ellos, a saber: una gran luz para iluminar nuestra ruta, una promesa capaz de llegarnos al corazón y una fuerza que nos lleva a edificar juntos un mañana más justo y más conforme al corazón de Dios?