En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Es palabra del Señor
REFLEXION
El pasaje de este evangelio nos relata una nueva aparición de Jesús a algunos de sus apóstoles. Simón Pedro va a pescar y sus compañeros le acompañan. “Y aquella noche no cogieron nada”. “Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús”. Y les mandó que “echasen la red a la derecha de la barca y encontrareis”. Y la pesca fue abundante. “La echaron y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces”.
Una vez más, y las veces que sean necesarias, como acabamos de comentar, nuestras propias fuerzas para seguir a Jesús y su evangelio no son suficientes. Siempre hemos de acudir a Él para que nos regale sus fuerzas, su energía y así poder vivir el evangelio.