Es palabra del Señor
REFLEXION
En este tiempo pascual las apariciones de Jesús es el tema frecuente en el evangelio. En ellas queda de manifiesto lo que costó a los discípulos descubrir la nueva realidad de su Maestro y cómo fueron asumiendo este misterio pidiendo pruebas para poder entender todo lo que había sucedido. Hay que destacar que fueron las mujeres quienes primero aceptaron los hechos.
Hoy se nos cuenta cómo los dos discípulos de Emaús han regresado a la comunidad tras la experiencia vivida en el camino hacia aquella aldea. Vuelven transformados y contentos a contar a los demás lo que han experimentado y cómo descubrieron la presencia viva de Jesús en el gesto de partir el pan.
La recomendación final de Jesús es manifestarles que lo que han vivido, lo que están viviendo, ha de ser proclamado. Por eso les dice que ellos son los testigos de todo ello. No valen excusas o claudicaciones. El Reino de Dios, tiene que seguir avanzando.
De nuevo Jesús les habla de futuro. El pasado, las humillaciones, los sufrimientos, la muerte en cruz, son un paso que ha quedado atrás. Lo anunciado en las Escrituras se ha cumplido. Ahora toca mirar el futuro y ahí sus seguidores, sus discípulos, tienen una responsabilidad: el mensaje salvador de Jesús ha de seguir proclamándose por aquellos que han vivido ese proceso de muerte y resurrección. Así lo hicieron. La primera lectura nos lo ha recordado en ese discurso de Pedro en el pórtico de Salomón.
Difícil misión, ahora y siempre. Para cumplir su deseo hemos de pedir que el Espíritu abra nuestra mente para asumir estos hechos salvadores y ser capaces de hacerlos vida en nosotros. Cuando Jesús vive en nosotros estamos capacitándonos para llevarlo a los demás. Hemos de convencernos de esa gracia y de esa responsabilidad. Nuestra misión es la de ser embajadores de Jesús. Así, como dice Gerard Bessière, nosotros somosel futuro de Jesús somos nosotros.
Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)