Es palabra de Dios
REFLEXION
Nuevamente el Evangelio nos presenta la pregunta ¿Quién es este? Todos, desde el rey Herodes hasta los discípulos, se preguntaban acerca de quién era este hombre, que era diferente, que enseñaba con autoridad, del que salía un poder que curaba a todos, que oraba al Padre de una manera tan especial y distinta. Pero hoy es el mismo Jesús quien nos hace la pregunta en primera persona: Y tú, ¿quién dices que soy yo?
No podemos escondernos detrás de lo que dicen los demás, o de lo que hemos aprendido en los libros. Jesús nos pide una respuesta personal. Y esta respuesta, hermanos, no la podemos dar si no es desde la oración, desde la intimidad personal con Él, desde una vida imbuida y rodeada por la oración, llena de Dios. Porque es en la oración donde podemos conocer de verdad la personalidad del Señor, y sólo desde la oración podemos entender sus palabras “es necesario que el Hijo del hombre sufra”. Porque sin la oración, podemos entender y hacernos la idea de un Mesías sin cruz, sin sufrimiento, donde todo sea risa y alegría fácil. Pero no, Jesús nos pone ante la realidad, “es necesario”, la cruz es el camino de la resurrección y esto sólo lo podemos asimilar en la oración, en la intimidad de una relación amorosa con Jesucristo.
Durante el día de hoy pregúntate: ¿cómo vivo el momento presente? ¿Trato de vivir desde la gracia, la misericordia y el amor, o por el contrario, vivo mi vida desde una óptica fatalista y resignada?
¿Quién es el Mesías Jesús para mí? ¿Huyo de la cruz y el sufrimiento, o lo integro como camino necesario para llegar a la resurrección que me ha prometido el Señor?