Celebramos hoy la dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán, Iglesia madre de Roma; Este templo se transforma de símbolo de encuentro con Dios y misión de la Iglesia. Por esto es apropiado recordar gesto profético que Jesús realizó en el templo de Jerusalén. Con aquel signo, Jesús hace tomar conciencia cual es el verdadero culto que Dios espera de nosotros. El templo había perdido su significación y era expresión de otros intereses. El verdadero templo es la persona de Jesús. El Papa Benedicto lo expresaba así: « El Señor Jesús es la piedra que soporta el peso del mundo, que mantiene la cohesión de la Iglesia y que recoge en unidad final todas las conquistas de la humanidad. En Él tenemos la Palabra y la presencia de Dios, y de Él recibe la Iglesia su vida, su doctrina y su misión. La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. »
Celebrar la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán nos brinda la posibilidad de renovar nuestro compromiso con el proyecto de Amor que Dios manifestado en Jesús.