Es palabra de Dios
REFLEXION
En el reino de Dios, en el evangelio de Jesús, en la manera que nos indica cómo hemos de vivir, nunca entran las matemáticas, nunca entra el cálculo… te doy si luego tú me dar, te invito si luego tú me invitas, te amo si luego tú me amas… Entre nosotros, todo empezó cuando Jesús salió a nuestro encuentro, nos sedujo y nos invitó a seguirle y vivir con él y como él: “Ven y sígueme”. Y Jesús en su entrega a nosotros nunca empleó las matemáticas. Su amor, su entrega siempre es desbordante… porque como es Dios y es amor, no sabe más que amar. Cada cristiano hemos experimentado lo de San Pablo: “Cristo me amó y se entregó por mí”. Y es capaz de adentrase en nuestro corazón para que podamos decir: “ya no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mí”…. Ya no soy yo quien ama es Cristo quien ama en mí. Nos regala su amor para que amemos no solo con nuestra fuerza amatoria sino con su mismo amor. Y todos nuestros actos quieren ser como lo suyos, actos de amor dirigidos a nuestros hermanos, pero no para que nos lo paguen, sino porque nos brotan de nuestra entraña, de nuestro corazón. “Amor con amor se paga”, que es algo que podemos aplicar a Dios y a su hijo Jesús. Nuestro amor a los demás, a nuestros invitados, tendrá de entrada la mejor paga posible. Nuestro Dios nos lo pagará con su amor. Un amor que en esta tierra nos hará vivir con sentido, con esperanza… y un amor que después de nuestra muerte se va a desbordar y nos lo pagará con la resurrección a una vida de total amor, de total felicidad y para siempre. |