Es palabra de Dios
REFLEXION
Y ahora sigamos leyendo el Evangelio de Lucas: Parece que Jesús nos está dando las señales de una escatología final. El final de los tiempos llegará algún día, no sabemos cómo, no sabemos cuándo, pero como todo lo creado, el universo conocido acabará en algún momento, tal vez en otro gran big bang que de paso a una nueva creación.
La analogía del diluvio en tiempos de Noé o de Lot en Sodoma, parecen avisarnos de que una gran catástrofe puede dar fin a nuestra civilización, y vemos con temor esos dedos de los poderosos apoyados amenazadoramente en el botón nuclear. Pero, fijándonos en los ejemplos que nos muestra San Lucas, podremos encontrar una esperanza cierta: Con Noé la civilización corrompida perece, pero hay un resto que sobrevive y da paso a una nueva sociedad, una nueva civilización. Una situación similar se da en Sodoma. Es una sociedad corrompida y malvada la que es condenada al exterminio, pero queda un resto, la familia de Lot, que continúa viviendo.
Igual pasará cuando se revele el Hijo del Hombre: a uno se llevarán, a otro lo dejarán; dos estarán moliendo y se llevarán a una dejando a la otra. Parece dar una esperanza cierta de que la humanidad como tal sobrevivirá a la hecatombe.
Y nos deja una interesante sentencia final: donde esté el cadáver, se reunirán los buitres. Puede que tengamos que pensar en los cadáveres cuyo hedor nos hace agruparnos alrededor. Tenemos tendencia a reunirnos alrededor del poderoso; las riquezas son también poderosos imanes. Los placeres nos ciegan y atraen. Son muchos los cadáveres que nos rodean y que desgraciadamente nos reúnen alrededor de ellos. Pero solo los buitres acuden a la carroña; los seres buenos pueden despreciar el aroma atrayente de lo placentero y seguir caminando por los senderos de la paz, la justicia y el amor. Y puede que alguno de estos seres buenos vuelva la vista atrás y pierda la vida, como la mujer de Lot, pero la gran mayoría seguirá adelante, con caídas, casi inevitables dada la fragilidad humana, pero sin volver atrás, porque Dios está delante, abriendo camino y siempre inclinado a la ayuda y el perdón, porque no olvidemos que la belleza del Creador es muy superior a la de todo lo creado.
¿Estaremos aterrados temiendo una hecatombe futura o caminaremos tranquilos y alegres porque sabemos que Dios, nuestro Padre, nos está esperando?