Las preguntas importantes del hombre y la mujer actual difieren, seguramente, de las de la antigüedad. La preocupación por la salvación definitiva, por lo que vendrá después de la muerte era importante en el tiempo de Jesús, pero hoy en día, no lo es. Vivimos acelerados, preocupados por muchas cosas y quizá lo que interese sea solamente tratar de vivir bien, ser feliz y cómo lograrlo. La liturgia de este domingo nos invita a detenernos, hacer una pausa y preguntarnos: ¿qué esperamos? ¿qué buscamos? ¿qué estamos haciendo? ¿está en nuestro horizonte la posibilidad del final de la vida y lo que vendrá después?
Fr. Edgar Amado D. Toledo Ledezma, OP
Convento Sto. Domingo Ra'y kuéra (Asunción, Paraguay)