23/8/22

EVANGELIO MIERCOLES 24-08-2022 SAN JUAN 1, 45-51 XXI SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
-«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

                           Es palabra de Dios

REFLEXION

El evangelio nos habla del primer encuentro de Natanael o Bartolomé con Jesús. Tiene sus notas personales. Es Felipe quien le habla y le lleva hasta Jesús. Jesús sorprende a Natanael reconociéndole como “un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. Sigue el pequeño diálogo, y al final Natanael reconoce a Jesús como alguien distinto y por encima de los demás hombres: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Y quedó unido a Jesús para el resto de sus días como uno de sus apóstoles.  

Yendo más allá de las circunstancias personales, que cada uno sabrá, todos los cristianos, de cualquier época, tenemos unas notas comunes en nuestro encuentro con Jesús. Con su ayuda, le descubrimos que además de ser hombre es Dios, y le confesamos como el Hijo de Dios, descubrimos que sus palabras son especiales, que llevan a la vida y a la vida eterna, que nos indican el verdadero camino para que nuestro corazón rebose de luz, de esperanza, de ilusión. Le reconocemos como el que nos ha amado hasta el extremo, el que vivió su vida terrena en función de nosotros y fue capaz de morir por nosotros para regalarnos su evangelio. Le reconocemos como el que nos ha ofrecido su amistad y, a partir de ahí, le vivimos como el mejor amigo que tenemos. Le reconocemos como la verdad, como el que nos ha regalado su potente luz poniéndonos en bandeja todas las verdades, todas las indicaciones que necesitamos para vivir con sentido nuestra vida. Le reconocemos como el que nos espera después de nuestra muerte para invitarnos al banque de su amor, al banquete de la felicidad total y para siempre. Ciertamente tenemos a Jesús como nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)